jueves, agosto 27, 2009

LA NOTA CORTA "UNA CUARTILLA PARA MI MARACAIBO”







LA NOTA CORTA "UNA CUARTILLA PARA MI MARACAIBO”

*** Lugares hay, en los que el mismo Dios sembró la belleza y la fuerza atrayente de su amor, para que los que allí nacieran o vivieran, expresaren con emoción intensa sus ataduras indestructibles con ese lar… Así te amo Maracaibo. (Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor)

POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA JUEVES 27 DE AGOSTO DE 2009.
Oh atrevimiento el mío que sin ser poeta, al riesgo de la critica someta ,mi nombre, y mi reputación , para poder esculpir en doradas y marmoleadas líneas ,mis animosos e inquietos sentimientos por esta generosa, anfitriona casa y amada por ese rutilante sol, ciudad de encantos, de azulados cielos. tierra procera y cuna de las grandezas humanas y de espíritus inquietos, curioseadores de la verdad, de la ternura que flota del amor naciente de un niño o de la damisela principiante cuando escarpa en la aterciopelada red de los amantes incomprendidos ,ciudad del inagotable manantial de donde surgen los quereres intensos y los mas apasionados afectos por las raíces que nutren y amarran para siempre ,a quien nacido o viviente en tu tierra cálida, heredera de los dones que el mismísimo creador le concedio,en riquezas y pinceladas de belleza, prosa y geniatura.En ti naci y cuando evoco los momentos que el azar me regala, también me invaden la ternura ilimitada en mi mente saturada de mis vivencias citadinas, entonces no queda remedio, para que pueda deslizarse una lagrima emancipada de la cárcel de los que no lloran, y pueda ser posible el testimonio de uno de tus hijos que jamás podrá ofrendarte el amor que tu le has dado. Adorno estas querencias ,diciéndote que para siempre serás mía: "Mía cuando ríes, mía cuando lloras, mía cuando luchas, mía cuando oras, mía a toda hora Maracaibo mía. Que ladre y que muerda la torpe jauría mientras yo te llamo con voces del alma mía a boca llena, Maracaibo mía" U. Pérez.

ETIQUETAS: cárcel, emancipada, lagrima, anfitriona.




ORACIÓN“RECHAZAR LA VIDA MUNDANA”





ORACIÓN“RECHAZAR LA VIDA MUNDANA”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED JUEVES 27 AGOSTO DE 2009.

O R A C I Ó N

Señor Jesús amo la vida que me diste, pero mas amo la vida eterna que tu prometiste para quienes cumplen tus mandatos, no permitas que olvide el pasaje de la escritura en la que nos explicas el valor de rechazar las prácticas mundanas. Recuérdanos lo que tu le dijiste a tus discípulos: En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. Amen y amen… (Fragmentos del Evangelio según San Juan, capítulo 12)



C O M E N T A R I O

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Es sumamente difícil rechazar la vida material, la vida que nos sugiere el mundo. Ello, por demás es obvio, si precisamos la naturaleza del ser humano, que no obstante ser una criatura creada a imagen y semejanza de Dios, posee libre arbitrio, libertad de elegir su propia vida y tomar sus propias decisiones, respecto a su presente y su futuro. El mundo nos ofrece el oropel de infinitas emociones, vinculadas con la obtención de fortuna y riqueza, de tener y ejercer poder sobre los demás, de la satisfacción de las necesidades referidas a los aspectos sensoriales, a la satisfacción de las bajas pasiones y en general al cumplimiento de metas individualistas relativas a la práctica del sexo desenfrenado, del adulterio, la vanidad, el egoísmo, la avaricia, la ruindad, el maniqueísmo, la prepotencia, la soberbia, el fraude, el engaño y todas la demás actitudes que tienen como cuna el lado oscuro del ser humano. Por ello, aunque nuestras debilidades de la carne, nos vulneren y nos hagan pensar que son buenas y convenientes "las cosas mundanas", es necesario recordar siempre, que aquel que ama la vida y en función de ella trabaja, para la obtención de los bienes que el mundo ofrece, está vida la perderá. La explicación estriba, tal y como Jesús nos enseñó, en que los bienes y demás satisfacciones del mundo son efímeros, pasajeros, no duraderos, y en consecuencia corruptibles. En contraposición la palabra del señor nos ofrece los verdaderos bienes que no se corrompen, que son eternos, son los bienes vinculados a nuestra esencia espiritual, son los bienes celestiales, los bienes que disfrutaremos en el reino de los cielos en donde ni la polilla ni el polvo los corroen. No debemos entonces trabajar exclusivamente para los bienes del mundo, es mil veces preferible rechazar las prácticas mundanas y aceptar de manera incondicional y absoluta, la vida productiva de quien le sirve a Jesús, y odia la vida mundana. Aunque nos canse escucharlo, vivimos en el mundo... pero no pertenecemos a él, somos ciudadanos del reino de los cielos. Animo, gozo, alegría...


miércoles, agosto 26, 2009

LA NOTA CORTA "ELIGE TRABAJAR EN VEZ DE LLORAR” *** "No pidas una carga ligera, pide unas espaldas fuertes." T.ROOSVELT




LA NOTA CORTA "ELIGE TRABAJAR EN VEZ DE LLORAR”
*** "No pidas una carga ligera, pide unas espaldas fuertes." T.ROOSVELT

POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA MIERCOLES 26 DE AGOSTO DE 2009.

No dedique tiempo a lamentarse o a contar a otros sus males. Uno de cada cien lo compadecerá, pero los otros 99 lo despreciarán. El tiempo que iba a emplear en lamentaciones, gástelo más bien en pensar, en planear soluciones y en pedir a Dios luces y fuerzas. Eso sí le aprovecha. Si cree que Dios puede ayudarle y quiere ayudarle, verá resueltos problemas que le parecían imposibles de resolver . Es necesario tener esperanza fe y un deseo intenso de solucionar los problemas que nos aquejan. Existen personas que piensan que los males y las dificultades que los afectan a ellos en un momento determinado de su vida, son tan grandes, superlativamente complicadas y complejas, que aunque piensen, desean y si eran intensamente a arreglarlas, no lo podrán hacer, sencillamente que no están involucrados emocional, espiritual y mentalmente involucrados con la solución de esos problemas. Ya lo consagra a una máxima popular, una expresión pueblerina: "QUIEN QUIERE... PUEDE".

El éxito, el triunfo, la prosperidad, el bienestar y todo lo que se relacione con fortuna, riqueza y confort, así como con la paz, la alegría y el contentamiento, parte necesariamente de la voluntad férrea, persistente y tenaz de quien habiendo caído en virtud de los fracasos, derrotas y tragedias vividas, son capaces de levantarse y con renovado entusiasmo, dejar a un lado lo sucedido, el pasado, los pensamientos negativos, los recuerdos tristes, disipar las ennegrecidas nubes que una vez asfixiaron del ambiente preludiano de aquellos proyectos y metas que surgieron a una gran vocación de éxito, pero que terminaron en el drama triste del fracaso.

No estamos manifestando, quien no se debe llorar. No. El llanto es un mecanismo natural de los seres humanos que le permite drenar su dolor, su tristeza y su pena. De hecho, los psicólogos, los psiquiatras, los especialistas en la conducta y en las actitudes humanas, lo mismo que los sacerdotes y guías espirituales, aconsejan el llorar para extraer de nuestros niveles internos de emocionalidad, no solamente el dolor y la pena, como ya se ha dicho, sino también sacar de nuestra interioridad la rabia, la impotencia, la disconformidad, las contrariedades y todo aquello que de algún modo afecte emocional o espiritualmente al ser humano. Dice la palabra del señor que la verdad os hará libres. Por ello no es bueno encerrar, guardar, ocultar, nuestros sentimientos de pérdida, de dolor, de fracaso, de malestar e incapacidad. Una vez que nos liberemos de ese fardo tan pesado constituido nuestros complejos, miedos y temores, estaremos listos y dispuestos para reiniciar con remozadas expectativas, esperanzas y anhelos todos aquellos proyectos que habíamos trazado y que con ocasión de nuestra última derrota, dejamos de lado. No vale la pena invertir el precioso tiempo de nuestra vida en llorar, sobre todo si estamos conscientes del corto tiempo de duración de nuestra existencia. En vez de llorar, pongámonos a trabajar. También la palabra de Dios nos enseña a: "COLOCA TU MANO EN EL ARADO Y NO MIRES HACIA ATRÁS".

Para terminar esta nota corta, dejo a mis lectores las aleccionadoras y pedagógicas líneas que siguen:

HACE MUCHO TIEMPO LEÍ LO SIGUIENTE: LOS GRANDES TRIUNFADORES EMPLEARON TRABAJANDO Y ESTUDIANDO, EL TIEMPO QUE LOS FRACASADOS EMPLEARON EN QUEJARSE, EN DORMIR Y PEREZEAR. UNA ANÉCDOTA CUENTA QUE: UN JOVEN PREGUNTÓ A UN SABIO ANCIANO: ¿QUÉ DEBO HACER PARA LLEGAR AL ÉXITO? Y EL SABIO LE RESPONDIÓ: "CUANDO DESEAS EMPRENDER ALGO BUENO, EMPRÉNDELO EN LA PRIMERA OPORTUNIDAD. NO ESPERES A QUE TODOS LOS DETALLES SEAN FAVORABLES, POR QUÉ SI ESO ESPERAS, JAMÁS EMPEZARÁS .Y UNA VEZ EMPEZADA UNA BUENA OBRA, DEDÍCATE QUE A ESE TRABAJO, COMO SI FUERA EL ÚNICO Y EL MÁS IMPORTANTE DE TU VIDA.

Huelga decir que detrás de un hombre exitoso y próspero siempre verá encontrarse un individuo perseverante, tenaz, paciente, cargado de energías positivas e impregnando a todo lo que hace de gran entusiasmo, expectativa y optimismo. Animo, gozo, alegría...

ETIQUETAS: HUELGA,PRELUDIANO, PROSPERO,



ORACIÓN “AGRADECER NUESTRO BIENESTAR A DIOS”




ORACIÓN “AGRADECER NUESTRO BIENESTAR A DIOS”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED MIERCOLES 26 AGOSTO DE 2009.

O R A C I Ó N

Señor dame sabiduría para entender que nada viene de bueno hacia mi sino es de ti y que debemos ser prudentes y recordar tu enseñanza explicada en el libro de Deuteronomio: Pero ten cuidado: no olvides al Señor, tu Dios, ni dejes de observar sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, que yo te prescribo hoy. Y cuando comas hasta saciarte, cuando construyas casas confortables y vivas en ellas, cuando se multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todas tus riquezas, no te vuelvas arrogante, ni olvides al Señor, tu Dios, que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud, y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones. No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, y en el desierto te alimentó con el maná, un alimento que no conocieron tus padres. Así te afligió y te puso a prueba, para que tuvieras un futuro dichoso. No pienses entonces: "Mi propia fuerza y el poder de mi brazo me han alcanzado esta prosperidad”. Acuérdate del Señor, tu Dios, porque él te da la fuerza necesaria para que alcances esa prosperidad, a fin de confirmar la alianza que juró a tus padres, como de hecho hoy sucede. Amen y amen… (Fragmentos del libro de Deuteronomio, capítulo 8)
C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Alabanzas y gracias sean dadas por siempre a ti mi señor. Tus palabras y tus mandatos son inteligentes y sabias y nos conducen por caminos de riqueza, prosperidad y salud. Evita señor que yo caiga en la arrogancia de creer que mi propia fuerza, mis propios esfuerzos y trabajos, así como el poder que de mi brazo emerge, sean lo suficientes, necesarios y bastantes, para alcanzar la prosperidad, el éxito, la salud, la paz, la alegría, el oro y la plata, las riquezas que abundantemente hoy poseo y disfruto. Te ruego buen señor, que impidas que la apatía, la indiferencia, la ingratitud y la falta de reconocimiento a tu poder, a tu gloria y a tu amor, me inclinen a adorar a otros Dioses. Haz que mi memoria perpetúe hasta el final de los tiempos, mi sumisión, mi subordinación a ti, a tus preceptos, tus designios. Que nunca olvide que solamente existe un solo Dios y ese Dios eres tu, quien ha manifestado en diversas formas y diversos tiempos su poder, su justicia, pero también has evidenciado tu misericordia y tu piedad. Mi mente, mi corazón y mi espíritu no se cansarán de bendecirte, de alabarte, de glorificarte, de darte gracias por la vida que nos ha dado, por todas las cosas que nos rodean, pues ellas también son obra de tu creación. Gracias señor porque no dejaste a nuestros ancestros perecer en el desierto, allí calmaste su sed con el agua surgida de la roca y el pan bajado del cielo mismo, así como con las codornices y otros alimentos, para permitir su subsistencia. Mantenme alerta ante las tentaciones, para no caer en ellas. Fortaléceme en mis debilidades. Ayúdame a cumplir con alegría tus preceptos, tus mandatos y tus enseñanzas, sin importar la gravedad de las dificultades y situaciones difíciles que tenga que vivir. Tú eres mi roca y mi fortaleza, en ti descansa no solamente mi cuerpo, sino mi alma y mi vida, que te pertenecen por mandato de tu creación. Ánimo, gozo, alegría…

ETIQUETAS: arrogancia, petulancia, plata,


martes, agosto 25, 2009

ARTÍCULO" LA GLORIA…LAURELES QUE HUYEN DE LA SIEN DEL MEDIOCRE” ***En el verdadero hombre mediocre la cabeza es un simple adorno del cuerpo. José Inge






ARTÍCULO" LA GLORIA…LAURELES QUE HUYEN DE LA SIEN DEL MEDIOCRE”
***En el verdadero hombre mediocre la cabeza es un simple adorno del cuerpo. José Ingenieros

POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO MARTES 25 DE AGOSTO DE 2009.


Nuevamente traigo para mis lectores algunas reflexiones filosóficas de José Ingenieros, quien con una complejidad brillante y la utilización de un obsequioso lenguaje, analiza in profundis, la naturaleza, la morfología, la esencia y los “amagos de existencia”( entrecomillado mío )del hombre mediocre. Haré mi humilde esfuerzo por acompañar con algunas apreciaciones de mi parte, en unos términos no tan superlativamente prolijos como los de Ingenieros, aquellas reflexiones, como un aporte de un mero y simple espectador, que no es ni filósofo, ni libre pensador.

Los hombres se fijan metas y objetivos que generalmente coinciden con la prosperidad, la riqueza, el poder, el ascenso social, y otra diversidad de fines que pueden perfectamente en lo que se conoce como el éxito. Pero la gloria es escasamente perseguida por los hombres. Solamente aquellos que no son sumisos al presente, aquellos que veneran la trascendencia, aquellos para quienes ni las sanciones presentes o futuras le hacen temer, son los que con sus acciones, obras, creencias, principios y postulados sublimes y superiores, la humanidad coronará sus sienes con los laureles de la gloria ( Reputación, fama y honor que resulta de las buenas acciones y grandes calidades. ).En cambio el éxito, que es el resultado inmediato de una o varias actuaciones, es perseguido por la gran mayoría de los seres humanos (Del lat. exĭtus, salida).1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto).
Lastimeramente dentro de aquellos importantes y vehementes hombres que persiguen el éxito se cuela ese género detestable de los mediocres.
. No es que el éxito sea propio o exclusivo de los mediocres. No. Lo que he querido manifestar es que el mediocre, no busca, no persigue la gloria, y aunque lo hiciera, no la alcanzaría, por indigno de ella. Distinto a quienes queriendo conquistar el éxito, no excluyen la gloria, la que generalmente no es reconocible en el presente de los hechos de quien la merece. “El éxito es pasajero como el viento que anuncia una tempestad, y que declina apenas cuando aquella acaba. La gloria está reservada para espíritus superiores”. (Entrecomillado mío)

“No le importa al mediocre reptar, disfrazarse de verdadero y autentico hombre, de crear y multiplicar complicidades, de alentar conciliábulos, en el lance artero para medrar el éxito. Se le ve en la academia, en los espacios defraudadores de la política, en las básculas de los lisonjeros y adulantes, en los retretes en los que se reúnen los creadores de medias mentiras, de aquellos que ejerciendo habitualmente la mediocridad, construyen con los mediocres la fortaleza de la engañifa, del timo y de la trampa”. (Entrecomillado mío)


“Son características del mediocre, el gusto orgásmico por el aplauso rimbombante, por la genuflexión instintiva y por la aceptación, así fuera ella, falsa, interesada y pagada”. (Entrecomillado mío). Para el mediocre lo que cuenta es su satisfacción personal, sin importar el tiempo de duración de “la obra “.El hombre de espíritu superior no lucha por la inmediatez, sus convicciones, tareas y esfuerzos tienen como destinatarios a los demás, y los propósitos de sus acciones trascienden a la posteridad. Para este hombre, la adulancia, la lisonja y el riesgo del hereje, son una constante que lejos de amilanarlo, lo empujan más bien, hacia el destino de los grandes y la obtención de la gloria”. (Entrecomillado mío)


Tengo muchísimos comentarios adicionales, pero para no perturbar al lector con la lectura in extenso, abordaré los mismos en otra entrega. Por de pronto y para deleite de quienes gustan de este genero de literatura, transcribo las siguiente notas de José Ingenieros, tomadas de su libro El Hombre Mediocre, aclarando que la estructura, numeración y comentarios expresados son del autor del presente artículo(Prof. Mervy Enrique González Fuenmayor)

Pasemos a citar tan interesantes reflexiones de José Ingenieros:

“1.-El hombre mediocre que se aventura en la liza social tiene apetitos urgentes: el éxito. No sospecha que exista otra cosa, la gloria, ambicionada solamente por los caracteres superiores. Aquél es un triunfo efímero, al contado; ésta es definitiva, inmarcesible en los siglos. El uno se mendiga; la otra se conquista.
2.-s despreciable todo cortesano de la mediocracia en que vive; triunfa humillándose, reptando, a hurtadillas, en la sombra, disfrazado, apuntalándose en la complicidad de innumerables similares. El hombre de mérito se adelanta a su tiempo, la pupila puesta en un ideal; se impone dominando, iluminando, fustigando, en plena luz, a cara descubierta, sin humillarse, ajeno a todos los embozamientos del servilismo y de la intriga.
3.-La popularidad tiene peligros. Cuando la multitud clava sus ojos por vez primera en un hombre y le aplaude, la lucha empieza: desgraciado quien se olvida de sí mismo para pensar solamente en los demás.
4.-Hay que poner más lejos la intención y la esperanza, resistiendo las tentaciones del aplauso inmediato; la gloria es más difícil, pero más digna.
5.-La vanidad empuja al hombre vulgar a perseguir un empleo expectable en la administración del Estado, indignamente si es necesario; sabe que su sombra lo necesita. El hombre excelente se reconoce porque es capaz de renunciar a toda prebenda que tenga por precio una partícula de su dignidad. El genio se mueve en su órbita propia, sin esperar sanciones ficticias de orden político, académico o mundano; se revela por la perennidad de su irradiación, como si fuera su vida un perpetuo amanecer.
6.-El que flota en la atmósfera como una nube, sostenido por el viento de la complicidad ajena, puede abocadar por la adulación lo que otros deberían recibir por sus aptitudes; pero quien obtiene favores sin tener méritos, debe temblar: fracasará después, cien veces, en cada cambio de viento. Los nobles ingenios sólo confían en sí mismos, luchan, salvan los obstáculos, se imponen. Sus caminos son propiamente suyos; mientras el mediocre se entrega al error colectivo que le arrastra, el superior va contra él con energías inagotables, hasta despejar su ruta.
7.-Merecido o no, el éxito es el alcohol de los que combaten. La primera vez embriaga; el espíritu se aviene a él insensiblemente; después se convierte en imprescindible necesidad. El primero, grande o pequeño, es perturbador. Se siente una indecisión extraña, un cosquilleo moral que deleita y molesta al mismo tiempo, como la emoción del adolescente que se encuentra a solas por vez primera con una mujer amada: emoción tierna y violenta, estimula e inhibe a la vez, instiga y amilana.
8.-Mirar de frente al éxito, equivale a asomarse a un precipicio: se retrocede a tiempo o se cae en él para siempre. Es un abismo irresistible, como una boca juvenil que invita al beso; pocos retroceden. Inmerecido, es un castigo, un filtro que envenena la vanidad y hace infeliz para siempre; el hombre superior, en cambio, acepta como simple anticipación de la gloria ese pequeño tributo de la mediocridad, vasalla de sus méritos.
9.-Se presenta bajo cien aspectos, tienta de mil maneras. Nace por un accidente inesperado, llega por senderos invisibles. Basta el simple elogio de un maestro estimado, el aplauso ocasional de una multitud, la conquista fácil de una hermosa mujer; todos se equivalen, embriagan lo mismo. Corriendo el tiempo, tórnase imposible eludir el hábito de esta embriaguez; lo único difícil es iniciar la costumbre, como para todos los vicios. Después no se puede vivir sin el tósigo vivificador y esa ansiedad atormenta la existencia del que no tiene alas para ascender sin la ayuda de cómplices y de pilotos. Para el hombre acomodaticio hay una certidumbre absoluta: sus éxitos son ilusorios y fugaces, por humillante que le haya sido obtenerlos. Ignorando que el árbol espiritual tiene frutos, se preocupa por cosechar la hojarasca; vive de lo aleatorio, acechando las ocasiones propicias. 10.-Los grandes cerebros ascienden por la senda exclusiva del mérito; o por ninguna. Saben que en las mediocracias se suelen seguir otros caminos; por eso no se sienten nunca vencidos, ni sufren de un contraste más de lo que gozan de un éxito; ambos son obra de los demás.
11.-La gloria depende de ellos mimos. El éxito les parece un simple reconocimiento de su derecho, un impuesto de admiración que se les paga en vida. Taine conoció en su juventud el goce del maestro que ve concurrir a sus lecciones un tropel de alumnos; Mozart ha narrado las delicias del compositor cuyas melodías vuelven a los labios del transeúnte que silba para darse valor al atravesar de noche una encrucijada solitaria; Musset confiesa que fue una de sus grandes voluptuosidades oír sus versos recitados por mujeres bellas; Castelar comentó la emoción del orador que escucha el aplauso frenético tributado por miles de hombres. El fenómeno es común, sin ser nuevo. Julio César, al historiar sus campañas, trasunta la ebriedad salvaje del que conquista pueblos y aniquila hordas; los biógrafos de Beethoven narran su impresión profunda cuando se volvió a contemplar las ovaciones que su sordera le impedía oír, al estrenar la Novena sinfonía; Stendhal ha dicho, con su ática gracia original, las fruiciones del amador afortunado que ve sucesivamente a sus pies, temblorosas de fiebre y ansiedad, a cien mujeres.
12.-El éxito es benéfico si es merecido; exalta la personalidad, la estimula. Tiene otra virtud: destierra la envidia, ponzoña incurable en los espíritus mediocres. Triunfar a tiempo, merecidamente, es el más favorable rocío para cualquier germen de superioridad moral. El triunfo es un bálsamo de los sentimientos, una lima eficaz contra las asperezas del carácter. El éxito es el mejor lubricante del corazón; el fracaso es su más urticante corrosivo.
13.-La popularidad o la fama suelen dar transitoriamente la ilusión de la gloria. Son sus formas espurias y subalternas, extensas pero no profundas, esplendorosas pero fugaces. Son más que el simple éxito, accesible al común de los mortales; pero son menos que la gloria. Exclusivamente reservada a los hombres superiores. Son oropel, piedra falsa, luz de artificio. Manifestaciones directas del entusiasmo gregario y, por eso mismo, inferiores: aplauso de multitud, con algo de frenesí inconsciente y comunicativo. La gloria de los pensadores, filósofos y artistas. que traducen su genialidad mediante la palabra escrita, es lenta, pero estable; sus admiradores están dispersos, ninguno aplaude a solas. En el teatro y en la asamblea la admiración es rápida y barata, aunque ilusoria; los oyentes se sugestionan recíprocamente, suman su entusiasmo y tallan en ovaciones. Por eso cualquier histrión de tres al cuarto puede conocer el triunfo más cerca que Aristóteles o Spinoza; la intensidad, que es el (éxito, este en razón inversa de la duración, que es la gloria. Tales aspectos caricaturescos de la celebridad dependen de una aptitud secundaria del actor o de un estado accidental de la mentalidad colectiva. Amenguada la aptitud o transpuesta la circunstancia, vuelven ala sombra y asisten en vida a sus propios funerales.
14.-Entonces pagan cara su notoriedad; vivir en perpetua nostalgia es su martirio. Los hijos del éxito pasajero deberían morir al caer en la orfandad. Algún poeta melancólico escribió que es hermoso vivir de los recuerdos: frase absurda. Ello equivale a agonizar. Es la dicha del pintor maniatado por la ceguera, del jugador que mira el tapete y no puede arriesgar una sola ficha.. (INGENIEROS José. EL HOMBRE MEDIOCRE. Caracas- Venezuela. Editorial-Panapo.1986.Pags.55-58..-.-.--.- ESTRUCTURA, NUMERACIÓN COMENTARIOS POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR)


ETIQUETAS: GUSTO ORGÁSMICO, TRANSPUESTA, NOSTALGIA,

LA NOTA CORTA" TU JUSTIPRECIO: SER PERSONA” *** Casi todas las personas son tan felices como deciden serlo. Abraham Lincoln





LA NOTA CORTA" TU JUSTIPRECIO: SER PERSONA”
*** Casi todas las personas son tan felices como deciden serlo. Abraham Lincoln

POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO MARTES 25 DE AGOSTO DE 2009.

Todos los individuos de la especie humana han experimentado de alguna o de otra manera, situaciones difíciles, graves, desagradables, en las cuales se han sentido apocados, indecisos, apesadumbrados, casi, casi al borde de sufrir un complejo de inferioridad. Este acontecimiento suele ocurrirles a las personas que por momentos pierden su autoestima, entran en los lúgubres caminos de la frustración y de la impotencia y permanecen paralizados frente a las diversas opciones que la vida les ofrece. Esto también causa timidez ,incertidumbre y no pocas veces un estado de avergonzamiento frente a la familia, a los amigos y a la sociedad, todo por no haber alcanzado el éxito, la salud, una ejemplar familia, prosperidad, triunfó y riquezas materiales y espirituales.

Aunque la mayor parte de esos individuos logra a través de un cambio de percepción del mundo y de la vida, lo que les hace crear nuevas motivaciones y un conjunto de transformaciones que lo inducen e inclinan a examinar las causas de esos acontecimientos y situaciones difíciles, para encontrarles la solución o tal vez reasumir los objetivos, propósitos y empresas en las que fracasó en el pasado, pero que al precisar los errores en las estrategias y mecanismos empleados, lograron determinar igualmente, las nuevas estrategias o su reforzamiento, lo mismo que con los mecanismos, para traducirlos en éxitos, en triunfos, y en resultados positivos.

Sin embargo otro sector de esas personas mantienen inalterable, incólume y sin variación, su estado de apocamiento, e indecisión, de impotencia y de incertidumbre. A ellos fundamentalmente van dirigidas estas reflexiones y consideraciones. A título de muestra podríanse mencionar la necesidad de recuperar la seguridad, la autoestima, de la ratificación y reconocimiento de que todas los individuos están en posesión de grandes capacidades y potencialidades, por intermedio de las cuales, cada persona puede lograr cualquier meta, fin, proyecto o planes que se tracen. Debe también el ser humano que vive esta amarga experiencia, evitar caer en el complejo de inferioridad, pues las consecuencias son funestas, graves e incluso trágicas, ya que pueden llevar al individuo al suicidio. Como una paradoja ha de señalarse que las personas exitosas que se gozan en exhibir una gran trayectoria social, económica, política, religiosa, o de cualquier otro tipo, que han logrado un gran reconocimiento en cada una de las esferas en las que se mueven, eventualmente, pudieran acercarse muy peligrosamente, a ser víctimas del complejo de superioridad. Y en este caso si llegaren a sufrir derrotas o fracasos consecutivos, podrían estos, inclinar a que estas personas piensen que no tienen los méritos, ni las capacidades, ni los talentos, ni la inteligencia, que "aparentemente demostraron" en los éxitos iníciales. Es obvio concluir que todo este drama, los hará transitar las filosas sendas y estrechos callejones que terminan en el complejo de la inferioridad, en la depresión y en una negación de su inteligencia y de su capacidad para enfrentar los problemas de su existencia.

Otra cuestión que es de importancia señalar, tiene que ver con esta excesiva comparación que acostumbran los seres humanos a realizar con otras personas. Generalmente las comparaciones no son buenas, pues en la vida de cada persona existen variables distintas a la de las otras. La palabra de Dios que es sabía, señala que el espíritu santo que es el dador y repartidor de los dones y talentos, no los asigna, ni los concede totalmente a una sola persona, para que no pueda nadie vanagloriarse de tenerlos todos y en consecuencia ejercer alguna supremacía sobre el resto de los seres humanos. Al mismo tiempo esta circunstancia, hace que cada uno de los seres humanos dependa y se complemente con el resto de los individuos, por lo menos, en aquellas talentos que no poseemos.. Pero lo fundamental en estas reflexiones tiene que ver con el valor que la persona tiene, justamente por serlo. El hombre es una criatura creada a imagen y semejanza de Dios, y su vida es su don mas preciado. En la creación del universo, Dios colocó al hombre en su cúspide, y todo lo demás que creó lo colocó bajo el dominio del hombre. Solamente ese solo hecho demuestra el inestimable valor de la persona, ante el Rey del Universo. Rey de toda criatura, de toda fuerza, de todo lo visible o lo invisible.
La presencia de problemas en la vida de cada quien, no es mas que el cumplimiento de la palabra de Dios contenida en la santa Biblia, de esa palabra rescatamos la que para nuestro entender es de importancia extraordinaria: "Cada uno de nosotros debe llevar su cruz"..." quien no lleve su cruz no es digno del reino”.

Reservándome el derecho a no solidarizarme con las ideas que se expondrán de seguidas, dejo a mis lectores algunas notas atribuidas a la Teóloga, Juta Burggraf, expresadas en una entrevista y en el libro <> ¿ Hay libertades no vividas?

Prestemos atención a las mismas:


Entrevista a la teóloga Jutta Burggraf
«El valor de una persona no depende de los otros»
La teóloga alemana Jutta Burggraf recuerda que el valor de cada persona no depende de la aceptación o rechazo de los demás. Lo explica en su nuevo libro «Libertad vivida con la fuerza de la fe», editado en Madrid por Ediciones Rialp.
Jutta Burggraf es profesora de teología dogmática en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra y ha escrito sobre feminismo, ecumenismo y santa Teresa de Ávila. PAMPLONA, domingo, 2 julio 2006 (ZENIT.org).




Su libro se titula «Libertad vivida». ¿Hay libertades no vividas?
Todos los hombres nacemos como originales, pero a veces nos limitamos a ser nada más que unas copias iguales. Entonces, no correspondemos a la llamada personal y única que hemos recibido al entrar en este mundo: «¡Sé tu mismo. Sé como Dios te ha soñado desde siempre».
Cada hombre puede ofrecer al mundo muchas sorpresas, aportar pensamientos nuevos, soluciones originales, actuaciones únicas. Es capaz de vivir su propia vida, y de ser fuente de inspiración y apoyo para los demás.
Si una persona no utiliza sus piernas para caminar, la consideramos «rara» o probablemente enferma; pero si no usa su entendimiento para pensar, ni su voluntad para decidir, casi no nos damos cuenta de su estado peligroso, porque estamos acostumbrados a no vivir a la altura de nuestras mejores posibilidades: con frecuencia, no realizamos la capacidad más rica y profunda que tenemos: nuestra libertad.
En efecto, nadie debe convertirse en un «autómata», sin rostro ni originalidad. A veces, conviene recobrar la mirada del niño, para abrirnos a la propia novedad –y a la de cada persona–, y así descubrir el desafío que encierra cada situación. El mundo será lo que nosotros hagamos de él. Al menos, nuestra vida es lo que hacemos de ella.


¿A qué se refiere concretamente cuando alude al mundo «sutilmente tiranizante» que nos ha tocado vivir?
En nuestras sociedades hay «cadenas de oro». Reina la tiranía de las masas y de las costumbres. No es difícil descubrir una poderosa corriente colectivista que tiende a despojarnos de lo más recóndito de nuestro ser, con el fin de igualar y masificar a los hombres, si no a todos, por lo menos a los que pertenecen a un determinado partido, a una asociación concreta, una comunidad, una página web o un club de golf.
Está de moda el cantar al unísono, el vestirse con la misma ropa, recurrir a los mismos argumentos prefabricados, con las mismas palabras, la misma mirada e incluso la misma sonrisa.
Hay personas que ni se dan cuenta de sus cadenas. Se acomodan al espíritu general que les parece obvio. Pero lo que ellas sienten, piensan o dicen, no es cosa suya; son los sentimientos, pensamientos y frases hechas que han sido publicadas en miles de periódicos y revistas, en la radio, la televisión y en Internet. En cuanto alguien comienza a pensar y a actuar por cuenta propia y mantiene una opinión divergente de la generalmente aceptada por el «sistema» –que se ha vuelto cerrado y no admite nada que le resulte molesto– simplemente se le rechaza.
Sin embargo, somos libres, a pesar de las circunstancias adversas que nos pueden rodear e influir. Y no sólo tenemos el derecho, sino también el deber de ejercer nuestra libertad.
Justamente hoy es más necesario que nunca que tomemos conciencia de la gran riqueza de nuestra vida y busquemos caminos para llegar a ser «más» hombres, y no unas personas renuentes, asustadas y enlutadas.
¿Cómo se aprende a ser libre? ¿Cuál es el primer paso?
Al crecer, el hombre descubre paulatinamente que tiene un espacio interior, en el que está, de algún modo, a disposición de sí mismo. Se da cuenta de que, esencialmente, no depende ni de los padres, ni de los maestros del colegio; no depende de los medios de comunicación, ni tampoco de la opinión pública. Experimenta un espacio en el que está solo consigo mismo, donde es libre. Descubre su mundo interior, su propia intimidad.
Lo íntimo es lo que sólo conoce uno mismo: es el «santuario» de lo humano. Puedo entrar dentro de mí, y ahí nadie puede apresarme.
Cuando «estoy conmigo», fácilmente me doy cuenta de lo innecesario e incluso ridículo que es el buscar la confirmación y el aplauso de los demás. El valor de una persona no depende de los otros; no depende de las alabanzas o gestos de confirmación que pueda recibir o no.
Somos más de lo que vivimos en lo exterior. Hay un espacio en nosotros al que no tienen acceso los demás. Es nuestra «patria interior», un espacio de silencio y quietud, Mientras no lo descubramos, viviremos de un modo superficial y confuso, buscando consuelo donde no lo hay, en el mundo exterior.
El hombre es libre, cuando mora en la propia casa. Desgraciadamente, hay muchas personas que no «están consigo», sino siempre con los otros. No saben descansar en sí mismas.
Obedecer a Dios es fuente de libertad, afirma. ¿Qué quiere decir con esto?
El mismo Dios, la fuente de toda vida, quiere habitar cada vez más profundamente en nosotros. Desde nuestro núcleo más íntimo, quiere darnos la vida en abundancia. De algún modo u otro, cada hombre está llamado a revivir el drama experimentado por san Agustín: «Tú estabas dentro de mí y yo fuera. Y fuera te andaba buscando».
A nosotros, Dios nos pide un mínimo de apertura, disponibilidad y acogida de su gracia: «Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón». Para encontrar a Dios dentro de nosotros, hace falta –misteriosamente– «abrirle las puertas» de nuestra casa. En otras palabras, en este espacio íntimo del silencio y de la quietud que hay en mí, donde nadie puede entrar sino yo, no quiero estar solo. Invito a Dios a entrar y estar conmigo y a conducir mi vida. Entonces, mi autodeterminación consiste en hacer lo que él me diga.
Cuando Dios habita en mí, me da gusto «estar conmigo» y «entrar en la propia casa». Nunca estaré solo, sino acompañado y protegido por quien más me quiere. No hace falta resolver yo mismo los pequeños y grandes problemas de cada día. La vida cristiana es una vida estrictamente dialogal.
Obediencia quiere decir, en su origen, que nos gobierna Cristo. Es él quien toma el timón de nuestra barca. No se sobreañade a nuestras acciones; está en el mismo núcleo de la libertad. Es lo que nos dice el Evangelista: «Mirad que el reino de Dios se encuentra dentro de vosotros» (Lucas 17,20 )

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LA NOTA CORTA" TU JUSTIPRECIO: SER PERSONA”
*** Casi todas las personas son tan felices como deciden serlo. Abraham Lincoln

POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO MARTES 25 DE AGOSTO DE 2009.

Todos los individuos de la especie humana han experimentado de alguna o de otra manera, situaciones difíciles, graves, desagradables, en las cuales se han sentido apocados, indecisos, apesadumbrados, casi, casi al borde de sufrir un complejo de inferioridad. Este acontecimiento suele ocurrirles a las personas que por momentos pierden su autoestima, entran en los lúgubres caminos de la frustración y de la impotencia y permanecen paralizados frente a las diversas opciones que la vida les ofrece. Esto también causa timidez ,incertidumbre y no pocas veces un estado de avergonzamiento frente a la familia, a los amigos y a la sociedad, todo por no haber alcanzado el éxito, la salud, una ejemplar familia, prosperidad, triunfó y riquezas materiales y espirituales.

Aunque la mayor parte de esos individuos logra a través de un cambio de percepción del mundo y de la vida, lo que les hace crear nuevas motivaciones y un conjunto de transformaciones que lo inducen e inclinan a examinar las causas de esos acontecimientos y situaciones difíciles, para encontrarles la solución o tal vez reasumir los objetivos, propósitos y empresas en las que fracasó en el pasado, pero que al precisar los errores en las estrategias y mecanismos empleados, lograron determinar igualmente, las nuevas estrategias o su reforzamiento, lo mismo que con los mecanismos, para traducirlos en éxitos, en triunfos, y en resultados positivos.

Sin embargo otro sector de esas personas mantienen inalterable, incólume y sin variación, su estado de apocamiento, e indecisión, de impotencia y de incertidumbre. A ellos fundamentalmente van dirigidas estas reflexiones y consideraciones. A título de muestra podríanse mencionar la necesidad de recuperar la seguridad, la autoestima, de la ratificación y reconocimiento de que todas los individuos están en posesión de grandes capacidades y potencialidades, por intermedio de las cuales, cada persona puede lograr cualquier meta, fin, proyecto o planes que se tracen. Debe también el ser humano que vive esta amarga experiencia, evitar caer en el complejo de inferioridad, pues las consecuencias son funestas, graves e incluso trágicas, ya que pueden llevar al individuo al suicidio. Como una paradoja ha de señalarse que las personas exitosas que se gozan en exhibir una gran trayectoria social, económica, política, religiosa, o de cualquier otro tipo, que han logrado un gran reconocimiento en cada una de las esferas en las que se mueven, eventualmente, pudieran acercarse muy peligrosamente, a ser víctimas del complejo de superioridad. Y en este caso si llegaren a sufrir derrotas o fracasos consecutivos, podrían estos, inclinar a que estas personas piensen que no tienen los méritos, ni las capacidades, ni los talentos, ni la inteligencia, que "aparentemente demostraron" en los éxitos iníciales. Es obvio concluir que todo este drama, los hará transitar las filosas sendas y estrechos callejones que terminan en el complejo de la inferioridad, en la depresión y en una negación de su inteligencia y de su capacidad para enfrentar los problemas de su existencia.

Otra cuestión que es de importancia señalar, tiene que ver con esta excesiva comparación que acostumbran los seres humanos a realizar con otras personas. Generalmente las comparaciones no son buenas, pues en la vida de cada persona existen variables distintas a la de las otras. La palabra de Dios que es sabía, señala que el espíritu santo que es el dador y repartidor de los dones y talentos, no los asigna, ni los concede totalmente a una sola persona, para que no pueda nadie vanagloriarse de tenerlos todos y en consecuencia ejercer alguna supremacía sobre el resto de los seres humanos. Al mismo tiempo esta circunstancia, hace que cada uno de los seres humanos dependa y se complemente con el resto de los individuos, por lo menos, en aquellas talentos que no poseemos.. Pero lo fundamental en estas reflexiones tiene que ver con el valor que la persona tiene, justamente por serlo. El hombre es una criatura creada a imagen y semejanza de Dios, y su vida es su don mas preciado. En la creación del universo, Dios colocó al hombre en su cúspide, y todo lo demás que creó lo colocó bajo el dominio del hombre. Solamente ese solo hecho demuestra el inestimable valor de la persona, ante el Rey del Universo. Rey de toda criatura, de toda fuerza, de todo lo visible o lo invisible.
La presencia de problemas en la vida de cada quien, no es mas que el cumplimiento de la palabra de Dios contenida en la santa Biblia, de esa palabra rescatamos la que para nuestro entender es de importancia extraordinaria: "Cada uno de nosotros debe llevar su cruz"..." quien no lleve su cruz no es digno del reino”.

Reservándome el derecho a no solidarizarme con las ideas que se expondrán de seguidas, dejo a mis lectores algunas notas atribuidas a la Teóloga, Juta Burggraf, expresadas en una entrevista y en el libro <> ¿ Hay libertades no vividas?

Prestemos atención a las mismas:


Entrevista a la teóloga Jutta Burggraf
«El valor de una persona no depende de los otros»
La teóloga alemana Jutta Burggraf recuerda que el valor de cada persona no depende de la aceptación o rechazo de los demás. Lo explica en su nuevo libro «Libertad vivida con la fuerza de la fe», editado en Madrid por Ediciones Rialp.
Jutta Burggraf es profesora de teología dogmática en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra y ha escrito sobre feminismo, ecumenismo y santa Teresa de Ávila. PAMPLONA, domingo, 2 julio 2006 (ZENIT.org).




Su libro se titula «Libertad vivida». ¿Hay libertades no vividas?
Todos los hombres nacemos como originales, pero a veces nos limitamos a ser nada más que unas copias iguales. Entonces, no correspondemos a la llamada personal y única que hemos recibido al entrar en este mundo: «¡Sé tu mismo. Sé como Dios te ha soñado desde siempre».
Cada hombre puede ofrecer al mundo muchas sorpresas, aportar pensamientos nuevos, soluciones originales, actuaciones únicas. Es capaz de vivir su propia vida, y de ser fuente de inspiración y apoyo para los demás.
Si una persona no utiliza sus piernas para caminar, la consideramos «rara» o probablemente enferma; pero si no usa su entendimiento para pensar, ni su voluntad para decidir, casi no nos damos cuenta de su estado peligroso, porque estamos acostumbrados a no vivir a la altura de nuestras mejores posibilidades: con frecuencia, no realizamos la capacidad más rica y profunda que tenemos: nuestra libertad.
En efecto, nadie debe convertirse en un «autómata», sin rostro ni originalidad. A veces, conviene recobrar la mirada del niño, para abrirnos a la propia novedad –y a la de cada persona–, y así descubrir el desafío que encierra cada situación. El mundo será lo que nosotros hagamos de él. Al menos, nuestra vida es lo que hacemos de ella.


¿A qué se refiere concretamente cuando alude al mundo «sutilmente tiranizante» que nos ha tocado vivir?
En nuestras sociedades hay «cadenas de oro». Reina la tiranía de las masas y de las costumbres. No es difícil descubrir una poderosa corriente colectivista que tiende a despojarnos de lo más recóndito de nuestro ser, con el fin de igualar y masificar a los hombres, si no a todos, por lo menos a los que pertenecen a un determinado partido, a una asociación concreta, una comunidad, una página web o un club de golf.
Está de moda el cantar al unísono, el vestirse con la misma ropa, recurrir a los mismos argumentos prefabricados, con las mismas palabras, la misma mirada e incluso la misma sonrisa.
Hay personas que ni se dan cuenta de sus cadenas. Se acomodan al espíritu general que les parece obvio. Pero lo que ellas sienten, piensan o dicen, no es cosa suya; son los sentimientos, pensamientos y frases hechas que han sido publicadas en miles de periódicos y revistas, en la radio, la televisión y en Internet. En cuanto alguien comienza a pensar y a actuar por cuenta propia y mantiene una opinión divergente de la generalmente aceptada por el «sistema» –que se ha vuelto cerrado y no admite nada que le resulte molesto– simplemente se le rechaza.
Sin embargo, somos libres, a pesar de las circunstancias adversas que nos pueden rodear e influir. Y no sólo tenemos el derecho, sino también el deber de ejercer nuestra libertad.
Justamente hoy es más necesario que nunca que tomemos conciencia de la gran riqueza de nuestra vida y busquemos caminos para llegar a ser «más» hombres, y no unas personas renuentes, asustadas y enlutadas.
¿Cómo se aprende a ser libre? ¿Cuál es el primer paso?
Al crecer, el hombre descubre paulatinamente que tiene un espacio interior, en el que está, de algún modo, a disposición de sí mismo. Se da cuenta de que, esencialmente, no depende ni de los padres, ni de los maestros del colegio; no depende de los medios de comunicación, ni tampoco de la opinión pública. Experimenta un espacio en el que está solo consigo mismo, donde es libre. Descubre su mundo interior, su propia intimidad.
Lo íntimo es lo que sólo conoce uno mismo: es el «santuario» de lo humano. Puedo entrar dentro de mí, y ahí nadie puede apresarme.
Cuando «estoy conmigo», fácilmente me doy cuenta de lo innecesario e incluso ridículo que es el buscar la confirmación y el aplauso de los demás. El valor de una persona no depende de los otros; no depende de las alabanzas o gestos de confirmación que pueda recibir o no.
Somos más de lo que vivimos en lo exterior. Hay un espacio en nosotros al que no tienen acceso los demás. Es nuestra «patria interior», un espacio de silencio y quietud, Mientras no lo descubramos, viviremos de un modo superficial y confuso, buscando consuelo donde no lo hay, en el mundo exterior.
El hombre es libre, cuando mora en la propia casa. Desgraciadamente, hay muchas personas que no «están consigo», sino siempre con los otros. No saben descansar en sí mismas.
Obedecer a Dios es fuente de libertad, afirma. ¿Qué quiere decir con esto?
El mismo Dios, la fuente de toda vida, quiere habitar cada vez más profundamente en nosotros. Desde nuestro núcleo más íntimo, quiere darnos la vida en abundancia. De algún modo u otro, cada hombre está llamado a revivir el drama experimentado por san Agustín: «Tú estabas dentro de mí y yo fuera. Y fuera te andaba buscando».
A nosotros, Dios nos pide un mínimo de apertura, disponibilidad y acogida de su gracia: «Si escucháis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón». Para encontrar a Dios dentro de nosotros, hace falta –misteriosamente– «abrirle las puertas» de nuestra casa. En otras palabras, en este espacio íntimo del silencio y de la quietud que hay en mí, donde nadie puede entrar sino yo, no quiero estar solo. Invito a Dios a entrar y estar conmigo y a conducir mi vida. Entonces, mi autodeterminación consiste en hacer lo que él me diga.
Cuando Dios habita en mí, me da gusto «estar conmigo» y «entrar en la propia casa». Nunca estaré solo, sino acompañado y protegido por quien más me quiere. No hace falta resolver yo mismo los pequeños y grandes problemas de cada día. La vida cristiana es una vida estrictamente dialogal.
Obediencia quiere decir, en su origen, que nos gobierna Cristo. Es él quien toma el timón de nuestra barca. No se sobreañade a nuestras acciones; está en el mismo núcleo de la libertad. Es lo que nos dice el Evangelista: «Mirad que el reino de Dios se encuentra dentro de vosotros» (Lucas 17,20 )

ETIQUETAS: dialogal, fuente, barca, apertura,


ORACIÓN “VIVIR ALEJADO DE LAS RIVALIDADES”






ORACIÓN “VIVIR ALEJADO DE LAS RIVALIDADES”

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA EN RED: MARTES 25 DE AGOSTO DE 2009.

O R A C I Ó N


Gracias Señor Jesús por inspirar a San Pablo para que en tu nombre nos enseñara que : así, pues, os conjuro en virtud de toda exhortación en Cristo, de toda persuasión de amor, de toda comunión en el Espíritu, de toda entrañable compasión, que colméis mi alegría, siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos. Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo, buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás. Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús = toda rodilla se doble = en los cielos, en la tierra y en los abismos, = y toda lengua confiese = que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre. Amen y amen… (Fragmentos de la Epístola de San Pablo a los Filipenses, capítulo dos)


COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Desde nuestra infancia se nos enseñó que el competir es muy sano para la persona, pues el espíritu de competencia conduce a los individuos a imponerse metas y objetivos para luego cumplirlos. Es decir una rivalidad sana, resulta y deviene en conveniente en tanto y en cuanto, ayude a la persona a superarse, a poseer iniciativas, a ser creativos y además vivir proyectando su presente hacia el futuro. Desde el punto de vista humano, lógico y racional, esta percepción, doctrina o actitudes, es plenamente aceptable, Pero desde la óptica del ejercicio de vida cristiano, la rivalidad hay que dejarla del lado, hay que soslayarla, se debe mantener alejada de nuestro proceder y de nuestro pensamiento. Tal vez esto suene para los lectores muy rígido, severo, o drástico. Pero lo que ocurre es que los patrones, preconceptos, iniciativas, valores y sentido finalista de lo humano son sumamente diferentes a las mismas categorías prenombradas, pero focalizadas en el marco de la doctrina y de la fe cristiana. Es distinta la forma en que el ser humano mira, valora, juzga y mide a otro ser humano. En el mundo terrenal, material o carnal, nos movemos y actuamos impulsados por nuestros propios intereses, fines, propósitos, objetivos, apetencias, planes, deseos y proyectos. Para un cristiano esta particular forma de vivir está reñida, en oposición, en contradicción, con los postulados en los que descansa la doctrina de Cristo. Por ello en la carta de Filipenses, nuestro señor Jesucristo por intermedio de su discernimiento en la persona de san Pablo nos recuerda que no debemos actuar con rivalidad sino más bien con humildad, ni mucho menos debemos vivir y accionar por la vanagloria, ya que esta es pasajera, efímera y poco duradera. La vanagloria produce transformaciones en ese individuo, al punto que le va creando una especie de metamorfosis, pero no en sentido positivo, sino más bien en sentido negativo, ya que le genera una serie de complejos relacionados con la superioridad, el egoísmo, la mezquindad, y la ausencia de tolerancia y reciprocidad. Estos argumentos permiten aseverar que el camino del cristiano, o asumir la postura de un verdadero cristiano no es nada fácil, la mayoría decide entrar por la puerta ancha y muy, pero muy pocos están conscientes y discernidos, que lo más productivo, lo que más le agrada al señor, lo que le asegura prosperidad, éxito y felicidad eterna, la vida inmortal y su permanencia en la mansiones celestiales que Dios tiene preparado para quienes le sirven, es el acceso por la puerta angosta y ello significa: ser mansos y humildes, perdonar a quien te ofende amar a tus enemigos, a practicar la generosidad sin ningún tipo de condición, a amar a Dios por encima de todas las cosas y con todas las fuerzas de nuestro corazón y al prójimo como a nosotros mismos. ¿Entonces amigo lector que opinas ahora de la rivalidad?. En otra oportunidad abordaremos otros aspectos muy importantes de estos fragmentos de la epístola de Pablo a los Filipenses, puesto que ahora solamente le hemos dedicado unas breves líneas al asunto de la rivalidad. Ánimo, gozo, alegría...





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