martes, mayo 29, 2007

" EL DISCUTIDOR ES SIEMPRE UN PERDEDOR "

" EL DISCUTIDOR ES SIEMPRE UN PERDEDOR "

PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR

SABADO 26 DE MAYO DE 2007.


Maracaibo, Venezuela, América del Sur.

Generalmente las contradicciones y discusiones forman parte del ciclo de nuestra existencia. Podría decirse incluso que la vida está integrada por estas formas de comunicación humana y que ellas generan no solamente problemáticas domésticas, sino que son capaces de producir verdaderas hecatombes sociales, políticas, económicas, religiosas y de cualquier otro género.

Nos sorprenderá amigo lector, como estas contradicciones y discusiones, constituyen una de la fuentes principales de nuestros mayores fracasos, situaciones anómalas, depresiones, tristezas, derrotas y hasta causas de enfermedades graves. Me permitiré parafrasear un texto que he extraído del libro CIEN FORMULAS PARA LLEGAR AL EXITO ( SALESMAN ELIECER Caracas-Venezuela. Ediciones Paulinas. S/A Pág. 73 ) : " Una revista internacional hizo una encuesta o concurso para saber cuál es la causa que más discusiones y peleas produce entre personas de un mismo hogar y la respuesta que ganó el concurso fue la siguiente. lo que produce la pelea o discusión no es la frase ofensiva que se escucha, sino la frase airada con la que se le responde. ". Esto es irrefutable, si nosotros nos detenemos a analizar debidamente este corto texto, comprenderemos que precisamente el factor generador de una pelea entre seres humanos no es la frase que ofende, sino la frase airada u ofensiva con la cual se le responde a aquella que se nos ha proferido. El refranero popular puso en boga una expresión que representa en mucho lo señalado anteriormente:: para bailar un bolero ( Especie de melodía o ritmo latino-tropical) se necesitan dos. Con esto lo que se quiere decir es que si una persona nos ofende con su verbo o palabra, dependerá de nuestra actitud y de nuestra disposición ,de que esa situación genere , o mas bien degenere en conflictiva, como producto de la respuesta que también de manera airada , nosotros pronunciemos contra aquella a la que inicialmente se nos profiriera. Si yo le respondo a quien me ofendió , de la misma manera o en términos mas graves a la ofensa recibida, claro está que en ese momento se materializará una lucha, un pleito, un combate o en el mejor de los casos una discusión seria que podrá agravarse dependiendo de la posición que se asuma en ese interregno..

Los grandes maestros, especialistas y estudiosos de las relaciones humanas han llegado a concluir que si alguien que expresa una opinión que puede afectarte en lo individual, debes manejar la situación, partiendo de las siguientes verdades : " Si lo que el otro afirma no va en contra de las leyes de DIOS o contra la moral o la patria , por favor no le discuta" de tal manera que , perfectamente estamos en condición de evitar caer en discusiones, contradicciones que—reiteró lo dicho—generarán situaciones que nos robaran la paz, la calma, la alegría y por el contrario llenarán nuestros ciclo vital de problemas, situaciones enojosas, incluso causarnos enfermedades psíquicas y físicas que pueden llevarnos hasta el infarto y la muerte. Por ello me permito afirmar más allá de toda duda y con el perdón y respeto que me merecen los lectores, a afirmar , que el discutidor, el contradictor, siempre es el perdedor de la discusión o de la contradicción. Si la ofensa que nos es proferida no viola las leyes de DIOS, ni va la contra la moral ni la contra la patria , pues entonces no discutamos y yo diría que aunque la ofensa pudiera rayar esos límites, es mucho más inteligente de parte nuestra, no responderla , para evitar que sufra nuestro organismo y que se multipliquen las situaciones problemáticas que nos toque vivir. El lector avieso podrá preguntar ¿ Es que acaso tenemos que ser subordinados, simplistas, sin dignidad y dejarnos abusar por lo demás? La respuesta es negativa, no he expresado en ningún caso esa especulación a la que pudiera llevar mi afirmación anterior. Lo que pretendo aseverar es que todo tiene su momento y oportunidad, y en el caso del ofensor , si este profiere la ofensa que daña o pretende dañar nuestra personalidad y vida, hay medios distintos a la polémica verbal y airada, para solucionarlos, están las vías jurídicas, judiciales, policiales, sociales y la religiosas para el caso de que la ofensa vaya en contra de las leyes de Dios. Lo que se afirma es que no vale la pena contestar ni contra atacar la ofensa recibida en el momento en el cual se pronuncie, sino más bien posteriormente , para que nuestra racionalidad ubique la solución más pertinente , pues es sabido por todos y demostrado por la ciencia, de que cuando nos dejamos llenar por la ira, nuestra reacciones , actitudes y conductas no suelen ser las más inteligentes, las más apropiadas , ni mucho menos las más adecuadas tendentes a la solución, defensa y garantía de nuestros derechos. Por esta razón no es bueno pasarse la vida contradiciendo los demás.

" Los que más discuten son los que se sienten más inseguros, los que sienten complejo de inferioridad, los que no dominan la situación. La discusión es un desastre oral porqué hace huir la paz del espíritu. Por eso los hombres de éxito no se permiten a sí mismos dedicarse a discutir. Nadie obtendrá una verdadera personalidad si no aprende a rehuir las discusiones. Todos tenemos contratiempos y cada uno siente oposiciones. Pero quien tiene verdadero carácter no se detiene a discutir. Cuando ABRAHAM LINCOLN le atacaban tan ferozmente sus adversarios y él quería dedicarse a discutirles , un gran amigo le dijo : “ nadie le lanza pedradas a un perro muerto si te atacan es porque eres importante , pero por favor no desciendas hasta el campo desde donde ellos te están insultando porque entonces te haces tan bajo como ellos, Y eso lo detuvo en su afán de discutir". (CIEN FORMULAS PARA LLEGAR AL ÉXITO, ob. cit paginas 73-74 ). El texto citado también es trascendente en nuestra forma de conducirnos, ya que lo que generalmente hacen las personas es contestar la ofensa que reciben mediante el pronunciamiento de otra mayor, y esto último equipara al ofendido con el ofensor, por ello realmente no importa que te hayan insultado u ofendido, lo que si tiene valor es guardar la compostura y no bajar al terreno del ofensor, sobre todo si este en un arranque del irracionalidad te ha ofendido de manera injusta y perversa. Si tú no eres injusto ni perverso no debes responder la ofensa. Existen otra vías que como ya he dicho en líneas anteriores servirían muy bien al contra ataque frente a la ofensa artera y malintencionada, sin que nos veamos disminuidos por el hecho de no responder la ofensa. Sin embargo como católico cristiano que soy, lo ideal es no responder , ya que Dios en su infinita gracia y sabiduría se encargará de que él ofensor reciba su justa sanción y su justo merecido por la ofensa dicha y conducta realizada.

No se puede andar por la vida con la pajita en el hombro y buscando quien nos las quite , para involucrarnos en una pelea, no es bueno andar contradiciendo por contradecir, pues esta actitud nos conducirá más temprano que tarde a situaciones realmente difíciles. Las discusiones --como dice ELIECER SALESMAN-- : nunca deben estar en la lista de las cosas que nos proponemos hacer. La discusión puede indicar falta de equilibrio y de control de sí mismo . Esto es obvio, en virtud de que el discutidor busca siempre las formas y las más indefinibles maneras de generar la discusión con el propósito de iniciar el combate verbal y ello muestra la falta de equilibrio en este discutidor, indica que se tiene una capacidad muy reducida para nivelar las diferencias, zanjarlas , equilibrarlas . En definitiva el discutidor es anárquico y factor perturbador de la paz . Las discusiones suelen ser la manifestación de la gran lástima y compasión que sentimos hacia nosotros mismos cuando nos contradicen . Expresándolo más claro, quien discute es porque necesita la atención del otro, la cual no tendría si no fomentara la discusión por cualquier cuestión trivial, en definitiva está vendiendo lástima y compasión. El discutidor puede ser circunscrito al grupo de personas que no admite la crítica asimismo, , .tampoco quiere aceptar ni reconocer sus debilidades, defectos y errores , Quien discute es dogmatista . Le parece que sólo su opinión vale .. y que los demás o mejor dicho lo que digan lo demás o lo que éstos piensen es tontería o simplemente lo consideran seres debajo de su jerarquía, seres de tercera clase y que por supuesto están equivocados frente a sus opinión.

Discutir es suplicar de manera encubierta que nos reconozcan como seres humanos y que sientan simpatía por nosotros. El discutidor es un ser carente de felicidad y la busca fomentando las discusiones y contradicciones, para buscar notoriedad y venciendo a sus oponentes, lograr la fama de vencedor, de triunfador, cuando realmente es un perdedor." Discutir es lanzarse a caminar por un atajo lleno de explosivos .La discusión es un vómito emocional que emana de un pozo de frustración y resentimiento.Indica falta de aptitud para acercarse a la verdad y a la comprensión por caminos de bondad. El andar discutiendo es señal de que en la personalidad hay un punto ciego o no controlado que permite darse el lujo de soltar la lengua sin medir las malas consecuencias " ( SALESMAN ELIECER .CIEN FORMULAS PARA LLEGAR AL EXITO, ob. cit. páginas 74 -75 )

Debemos acabar con la mala costumbre de contradecir. Y nuevamente tomo prestado del autor citado lo siguiente: " Contradecir es perder gran parte de nuestro atractivo personal. Contradecir es perder una ocasión de permitir al otro sentirse importante. Hay cosas en las que no podemos manifestar que estamos de acuerdo, como son las que van en contra d e las leyes de Dios, de la verdades de nuestra religión, de las reglas de la moral o el honor de nuestra patria. Pero en todo lo demás , sí podemos darnos el lujo de callar nuestra opinión contraria , sin que con ello perdamos nada y ganando en cambio el cariño y la estimación de los demás. Los que contradicen le dan demasiada importancia a detalles de poco valor y a ellos se apegan desaforadamente. Les pasa como a los micos de la selva . Cuando los cazadores los quieren capturar vivos, echan un poco de maíz en el fondo de un calabozo que tenga la boca bastante angosta. El mico mete la mano en el calabozo y la llena de maíz. Pero luego la va a sacar y ¡¡¡ ay !!! no puede el mico sacar la mano , porque la tiene muy llena . Y el pobre animal prefiere que lo capturen, antes de ocurrírsele soltar la manotada de maíz y poder sacar la mano de aquella trampa . Así les pasa a quienes tienen la mala costumbre de contradecir. Se apegan a una pequeñeces : modas, opiniones, partidos, gustos, noticias, etc. y con tal de no soltar su opinión prefieren perder amistades y buena fama.

Recuerde amigo lector y amiga lectora para discutir se necesitan dos personas. Si a usted no le gusta contradecir , seguramente no va a tener discusiones. "Usted no ganará nada dejando al interlocutor tendido en la lona ". Recuerde que cada vez que contradiga él perdedor será siempre el buen nombre de usted. El contradecir produce discusión , la discusión produce tensión nerviosa (siempre sucede que en una discusión los dos interlocutores se hayan nerviosamente excitados) y la excitación nerviosa hace más mal que bien. ¿ Para que entonces , seguir contradiciendo ? Cumplamos lo que tanto recomendaba san Pablo : Procurad el vivir en paz evitando la discusión.. Amen y Amen.

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