IMAGEN DOS : PROF.DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR...
"FUERA DEL COMERCIO ESTÁ LA MORAL Y LA VERDAD". MEGF. MARTES 27 DE NOVIEMBRE DE 2012.
ARTÍCULO "¿LE CUIDO EL VEHICULO? LA HIPÓCRITA SOLIDARIDAD”.
POR PROF.DR.MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ
FUENMAYOR.www.mervyster@gmail.com
MARACAIBO-ESTADO ZULIA-REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO EN LA
RED ORIGINALMENTE: 10 DE AGOSTO DE 2006.
PUBLICADO NUEVAMENTE EN
LA RED: MARTES 27 DE NOVIEMBRE DE 2012.
A solicitud de varios lectores reproduzco
el contenido de este artículo, esperando la crítica benevolente.
¿Le Cuido el Vehículo?
LA HIPÓCRITA SOLIDARIDAD
Por Mervy Enrique González Fuenmayor
- Jueves 10 de agosto de 2006 -
Son tantas las cosas que ocurren en este mundo, que
ciertamente cuando uno se decide a materializar por escrito algunas ideas y
pensamientos, se da perfectamente cuenta que existe una multiplicidad de
situaciones, hechos y fenómenos que a pesar de que forman parte de nuestro
entorno no las percibimos, o simplemente las ignoramos o no queremos
involucrarnos con ellas. Una de esas situaciones es justamente la que subsume
el título de las presentes reflexiones. De ello podemos dar fe la mayoría de
las personas que vivimos en los países latinoamericanos, aunque también es
frecuente observar el mismo fenómeno en países desarrollados o civilizados como
acostumbran algunos llamar. Generalmente el cuidador o los cuidadores de
carros, coches, automóviles o vehículos es gente necesitada, carente de
recursos económicos, personas que viven prácticamente en la indigencia o
sencillamente no tienen empleo o la fuente segura para proveerse la
satisfacción de sus propias necesidades. El perfil de estas personas suele
coincidir con niños, ancianos, discapacitados, con problemas de conducta y a
veces personas con un grado de enfermedad bastante elevado, ya se trate de
enfermedades orgánicas o psíquicas.
Las situaciones que hemos esbozado en el párrafo
anterior necesariamente debemos
vincularlas con el problema de la solidaridad humana, y esta debemos entenderla
como adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros. No se
requiere ser especialista para calificar la problemática conductual humana, ni
mucho menos poseer conocimientos extraordinarios para poder percibir quiénes
son las personas que necesitan de nuestra ayuda y de nuestra solidaridad, sin
embargo como ya he dejado entrever al inicio de este artículo, existen un
número mayoritario de personas que no practica la solidaridad como una actitud
piadosa, de misericordia, de caridad y amor al prójimo. Son aquellos que viven una vida ejerciendo y
manejando la filosofía que el siglo veinte y también el inicio de este siglo
veintiuno ha dado en llamar: la filosofía de ganar-ganar. Pobres personas,
hasta este momento ellos han creído y pensado que los infelices son esos
pobres, carentes de recursos económicos para proveerse una vida próspera o
simplemente la satisfacción más o menos decorosa de sus necesidades. Creen y
hasta los califican como infelices, por qué viven en la marginalidad y porque
exhiben su miseria económica sin ninguna vergüenza. Pero la experiencia y el
correr de los años me ha revelado que ciertamente a quienes se le podría
considerar como infelices son a esas personas que van por el mundo pensando que
la riqueza, el bienestar, la prosperidad, la buena vida, la profesionalización,
la buena educación y una excelente posición social son los mecanismos y medios
que garantizan la felicidad, la paz, la alegría, el amor y todas las cosas
buenas de esta vida. Nada más incierto y falso que esta particular forma de
percibir la vida, el mundo y quienes vivimos en él.
Se trata en una sola palabra de gente que no tiene
solidaridad, generalmente son personas egoístas, mezquinas que sólo piensan en
su propio bien y no les importa la suerte o la desgracia que persigue a los
desprotegidos, necesitados, enfermos, desvalidos y olvidados de Dios. ¡Qué
triste e irónica es la vida! Lo tenemos todo, o al menos creemos tenerlo,
riqueza, poder, fama, buena posición, reconocimiento, títulos, prestigio y sin
embargo vivimos una vida vacía llena de problemas que no nos atrevemos a
conversarlos con nadie y que han
dejado nuestra epidermis ética, familiar y moral tan lesionada como que si
hubiese sido castigada con un látigo acerado. Esa es la absurda
realidad: tenerlo todo pero en definitiva no tener nada, porque quien carece de
amor, paz, armonía y la buena convivencia familiar y con el entorno, aunque
fuese grandemente rico y pudiese satisfacer cualquier necesidad o capricho,
ello no bastaría para llenar el vacío que sienten en su alma y en su corazón y
al mismo tiempo en su familia. Ese vacío jamás lo puede llenar el dinero, la prosperidad
o el cumplimiento de las metas que nos hayamos trazado en nuestra vida, sean
estas sociales, políticas, económicas o de cualquier otra especie. Este vacío o
soledad no pueden suplirse con bienes materiales, con dinero o con
satisfacciones efímeras. Ni con remedios, fármacos, medicamentos o cualquier
otro producto sanador; debido a que ese vacío y soledad que experimenta nuestra
existencia solamente puede ser cubierto o llenado por el ejercicio pródigo y
abundante de actitudes morales, éticas, cargadas de justicia, de amor, de
honestidad, de solidaridad, de caridad, de ayuda al prójimo, de ayuda a la
sociedad, en fin, con la práctica de las llamadas virtudes teologales y que
para mayor abundamiento me permitiré transcribir , dada su importancia, trascendencia
en la existencia de cada uno de nosotros y como un medio para que a través de
ellas y su ejercicio por parte nuestra hagamos de este mundo un mundo mejor o
por lo menos dejarlo en mejores condiciones que aquellas en las cuales lo
encontramos cuando nacimos.
Con vuestro permiso, citaré lo que al respecto señala
EL CATECISMO DE NUESTRA SANTA IGLESIA CATÒLICA, en relación con LA SOLIDARIDAD
HUMANA:
III
LA SOLIDARIDAD
HUMANA
1939
El principio de solidaridad, enunciado también con el nombre de "amistad"
o "caridad social", es una exigencia directa de la fraternidad humana
y cristiana (cf SRS 38-40; CA 10):
Un
error, "hoy ampliamente extendido, es el olvido de esta ley de solidaridad
humana y de caridad, dictada e impuesta tanto por la comunidad de origen y la
igualdad de la naturaleza racional en todos los hombres, cualquiera que sea el
pueblo a que pertenezca, como por el sacrificio de redención ofrecido por
Jesucristo en el altar de la cruz a su Padre del cielo, en favor de la
humanidad pecadora" (Pío XII, enc. "Summi pontificatus").
1940
La solidaridad se manifiesta en primer lugar en la distribución de bienes y la
remuneración del trabajo. Supone también el esfuerzo en favor de un orden
social más justo en el que las tensiones puedan ser mejor resueltas, y donde
los conflictos encuentren más fácilmente su salida negociada.
1941
Los problemas socio-económicos sólo pueden ser resueltos con la ayuda de todas
las formas de solidaridad: solidaridad de los pobres entre sí, de los ricos y
los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y los empleados,
solidaridad entre las naciones y entre los pueblos. La solidaridad
internacional es una exigencia del orden moral. En buena medida, la paz del
mundo depende de ella.
1942
La virtud de la solidaridad va más allá de los bienes materiales. Difundiendo
los bienes espirituales de la fe, la Iglesia ha favorecido a la vez el
desarrollo de los bienes temporales, al cual con frecuencia ha abierto vías
nuevas. Así se han verificado a lo largo de los siglos las palabras del Señor:
"Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por
añadidura" (Mt 6,33):
Desde
hace dos mil años vive y persevera en el alma de la Iglesia ese sentimiento que
ha impulsado e impulsa todavía a las almas hasta el heroísmo caritativo de los
monjes agricultores, de los libertadores de esclavos, de los que atienden
enfermos, de los mensajeros de fe, de civilización, de ciencia, a todas las
generaciones y a todos los pueblos con el fin de crear condiciones sociales capaces
de hacer posible a todos una vida digna del hombre y del cristiano (Pío XII, discurso de 1 Junio 1941).
Para terminar, so pena de que los lectores me
califiquen como tedioso, hago mías las opiniones del sacerdote ZEZINHO (El
difícil arte de ser bueno), condimentadas con nuestras opiniones:
"Aquel
hombre que, en un restaurante de lujo, gastó un tercio de su salario con sus
amigos, y que al salir negó una propina equivalente a un sandwich al jovencito
que le vigiló en la auto, es criminal y no lo sabe. Gastó su dinero con
personas equivocadas. Dio comida al estómago lleno. Negó a quien realmente
necesitaba. El marginal es él y no el jovencito, el niño, el anciano, el
discapacitado , el indigente , el desprotegido o el necesitado a quien
precisamente no le dio la propina por haberle cuidado de su carro, vehículo o
coche. Si no quería que esas personas vigilasen su automóvil, tendría que
habérselo dicho al momento cuando entró en ese restaurante. El hacer el trato y
no cumplir, fue extraordinariamente malvado.
La
delincuencia juvenil, la indiferencia, la miseria, y la materialización del
crimen en cualquiera que sea la modalidad de estos fenómenos, generalmente es
consecuencia de la displicencia de los adultos y la falta de sensibilidad de
los padres de familia que no dan nada porque no tienen cambio”.
Con esto le ponemos punto final a estas reflexiones,
no sin antes reiterar la necesidad que tenemos todos los seres humanos de
practicar la solidaridad humana, porque a través de ella nos edificamos como
personas, fortaleciendo nuestros valores éticos y morales así como los
familiares, obteniendo trascendencia espiritual y material y al mismo tiempo
cumpliendo con el ejercicio de la bondad, el altruismo, la solidaridad, que en
definitiva en lo que se necesita para hacer de este mundo, un mundo mejor. No
se puede transformar la sociedad si nosotros particularmente no nos hemos
transformado interiormente, si nosotros cambiamos para lo bien y dejamos atrás
el egoísmo, la mezquindad, la falta de sensibilidad humana, la vanidad, la
envidia, la petulancia, la soberbia, la prepotencia, la autosuficiencia en
todos aquellos sentimientos que nos aíslan de nuestra condición humana , estoy
plenamente seguro que este mundo cambiará y que en lo individual tendremos una
vida rica en bendiciones, en paz, en prosperidad, en alegría, en amor y prodiga
en bienes espirituales y materiales. Que Dios y La Virgen Madre María bendigan
a los lectores de este artículo y de todos aquellos que contengan orientaciones
edificantes e igualmente para todos sus familiares y amigos. Amén... y Amén.-
IMAGEN DOS : PROF.DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR...
"FUERA DEL COMERCIO ESTÁ LA MORAL Y LA VERDAD". MEGF. MARTES 27 DE NOVIEMBRE DE 2012.
Para citar este artículo: si
se tratase del caso ejemplificado:
GONZÁLEZ
FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la
Ética o a la Justicia? Maracaibo, Venezuela La Universidad del Zulia.
28-Enero-2009. Disponible en: )
©..DERECHOS RESERVADOS.
FORMA Y
REQUISITOS EN LA CITA DE ARTICULOS, NOTAS, REFLEXIONES AUTORÍA DE MEGF.
REDACTADA EL 01 DICIEMBRE DE 2009.
1.-REQUISITOS DE
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¿Como citar
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