Señor, Bendice mi tiempo (Aprovechar el tiempo)
Oración y Comentarios
autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
Maracaibo, martes 23 de Julio de 2007
(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÄLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…” que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela.América del Sur).
O R A C I Ó N
S |
eñor, te alabamos y te bendecimos en esta mañana, y quiero Señor devolverte bien aprovechado ¡Oh Dios!, el tiempo que me diste con todos los instantes que te pertenecen, el buen uso que quise hacer de él, es lo que lo hace apto para ofrecértelo. ¡Oh Dios! me siento feliz en aprovechar mi tiempo en actividades útiles, sanas y productivas; de librarme Señor de desperdiciar ése tiempo en la ociosidad vacía y estéril. ¡Oh Dios! tuyo es el tiempo de mi vida y el transcurrir rápido y efímero de mi existencia. Las mañanas, las tardes y las noches, las horas claras y los minutos oscuros, el trabajo y el descanso. Nada de lo que acontezca en mi tiempo escapa a tu poder. Permíteme ¡Oh Dios!, hacer del tiempo un servicio dedicado a tu gloria, para contribuir a la construcción de la historia y a la unión de los hombres. Transfórmalo Señor, todo, en tiempo de amor. Siempre determinaste la medida exacta de mi tiempo. Concédeme Señor la gracia de llenarlo por entero, con mi actuación libre y generosa, distribuyendo a través de él, todas las cosas con sabiduría. Señor, enriquece mi tiempo presente con tu amor eterno. AMÉN ... y AMÉN...
C O M E N T A R I O
Es grato conversar con el Señor. Es hermoso y extraordinariamente bello conversar con el Señor, y en ésta mañana, hermano y hermana radioyente, después de haberlo adorado, alabado y bendecido hemos centrado nuestra oración en el tiempo, ése tiempo de vida, ése tiempo del ciclo vital que el Señor nos regala y que a veces nosotros solemos desperdiciarlo en cosas banales y fútiles, en ociosidad y vagancia, en maledicencia y murmuración, en actos que no agradan al Señor. Por ello esta mañana, hermano y hermana radioyente, debemos aprovechar nuestro tiempo en las cosas que le agradan al Señor, porque en definitiva esas cosas y actitudes van a enriquecer nuestra vida y nos van a hacerla vivir de una manera alegre, de una manera feliz y asumiendo nuestras adversidades con la fortaleza que nos da el Señor. Entre esas cosas hay que alejar la envidia de nuestra vida . La envidia es un sentimiento negativo que viene de adentro hacia afuera, como una fuerza que estalla en sustancia de maldad. Hermano y hermana radioyente, te recomiendo alejarte de todos los envidiosos, pues ellos solo te traen la imagen del prejuicio peligroso. Es también muy importante que usted luche por no envidiar el bien, ni la felicidad de quienquiera que sea. Convénzase de que solamente vale realmente para usted aquello que conquistó con su esfuerzo personal o le haya venido como dádiva de la bondad divina. No quiera, hermano y hermana radioyente, otros bienes que no sean de ese tipo, sino de los que vienen de la bondad del Señor y aquellos de los cuales usted se ha esforzado por la gracia de DIOS para obtenerlos. Amigo y amiga radioyente, soñar es repetir en el alma aquellas imágenes y cosas que consiguieron impresionarnos. El sueño es como una repetición de la vida, es lo que nos hace vivir lo más bello y agradable, y que también a veces nos trae de vuelta las pesadillas incómodas. Procuremos recibir esos sueños como algo natural sin preocuparnos por descifrar lo que nos parece exquisito y sin afligirnos por lo que nos pareció como un presagio negativo. En personas normales, los sueños representan impresiones grabadas en el subconsciente naturalmente. Sueñe, pero no se alarme con sus sueños porque los sueños sean el inicio de una vida y de una actividad. Tomemos los sueños como algo normal, pues ellos son la repetición, a veces, de tiempos ya vividos, y también en otras oportunidades son ocasiones para recrear lo agradable y lo alegre que hemos vivido. Amigo y amiga radioyente, tenga usted cuidado con lo que dice, la palabra es don de Dios para expresar el bien, la verdad y la justicia. Use entonces la palabra con la propiedad que ella exige de usted, así nos dice Juan en el primer capítulo verso uno: “al principio era el Verbo”, es decir, palabra e idea y el Verbo eran de Dios. Cuando usted habla mal de alguien, su conciencia le pasa factura, usted no consigue tener tranquilidad cuando regresa a su casa llevando el peso de la responsabilidad sobre las consecuencias del mal que podrá causar aquello que dijo de alguna persona en cierto grupo. Disciplinemos nuestra lengua y no nos arrepentiremos. Aprovechemos el tiempo en cosas positivas, en cosas buenas, en agradar al Señor. Aprovechemos el tiempo en realizar buenas obras; en actos de caridad, de piedad, de solidaridad y fundamentalmente agradeciendo durante todo el tiempo de nuestra vida al Señor, por esa vida que Él nos da, por la alegría, por la misericordia y por su amor. ¡Animo!... ¡Gozo!... ¡Alegría!...
N O T A D E L A U T O R
Amigos y amigas, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de
No hay comentarios:
Publicar un comentario