martes, febrero 25, 2014

Codicia y soberbia…Actitudes reprensibles que nos llevan al Fracaso y a la Muerte. Por: Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor Maracaibo. Estado Zulia. Venezuela. Venezuela. América del Sur. Redactada y publicada en la red: martes 25 de febrero de 2014

Codicia y soberbia…Actitudes reprensibles que nos llevan al Fracaso y a la Muerte.




Imagen Uno: La codicia y la soberbia: Camino al infierno





Imagen Dos: Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor…




Codicia y soberbia…Actitudes reprensibles que nos llevan al Fracaso y a la Muerte.
Por: Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
Maracaibo. Estado Zulia. Venezuela. Venezuela. América del Sur.
Redactada y publicada en la red: martes 25 de febrero de 2014  

La codicia  según algunas acepciones se traduce  según el Diccionario de la Real Academia Española en: (Del lat. *Cupiditĭa, de cuspiditas, -ātis). 1. f. Afán excesivo de riquezas. 2. f. Deseo vehemente de algunas cosas. Por otro lado la voz “soberbia” señala ese diccionario significa: (Del lat. superbĭa).1. f. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.2. f. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás. 4. f. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.
Si traspolamos a  vida cotidiana las anteriores significaciones nos encontraremos con que muchas personas - - - más de las que creemos - - - son codiciosas y soberbias. Más allá, de los límites estrictamente académicos y que nos impone la especialidad en materia científica, no es transgresor,   opinar que la codicia entendida como ese deseo desordenado e ilimitado de poseer bienes materiales o de cualquier otro tipo, ya no por tenerlos, sino mas bien para satisfacer esas bajas pasiones, de querer atesorar cosas para sentirse superior y mejor que los demás, para enrostrarle a los otros, que por poseer más bienes se le deben todos los reconocimientos h las que estas habidos y por haber y que por poseer una gran fortuna , todo el mundo le debe rendir pleitesía, subordinación y obediencia.

La soberbia es la continuación  la consecuencia directa de la persona que es codiciosa. Quien no limita su deseo de tener y tener y seguir teniendo cosas, con el único afán de amontonarlas, para llenarse de sentimientos de superioridad y de vanagloria, es decir la gente  que practica la codicia, inevitablemente incuba a la soberbia, que le sumará a los calificativos prealudidos, la banalidad, el apetito por la humillación de los otros frente a él. Es envanecerse de lo que se tiene, menospreciando e irrespetando la condición de los otros seres humanos. Incluso el individuo que es presa de la soberbia suele incurrir cólera cuando los otros desafían esa pretensión de superioridad. Según mi humilde opinión “detrás de un codicioso, siempre lograremos identificar a un ser humano soberbio.
Sin tener un doctorado en la materia que regula las situaciones en las que se involucren estos personajes intervinientes en  la mejor novela del mundo de la malignidad, puede concluirse que; “codicia y soberbia son hermanas concebidas por el mismo padre: satanás”.

Solamente el hombre es el animal (con racionalidad) que tropieza varias veces con la  misma piedra y por ello, la mayor parte de las veces fracasa y muere. Lo terrible es que esta muerte pudiera eventualmente aparejar la muerte definitiva o espiritual, es decir la pérdida de su alma inmortal. Ya las enseñanzas contenidas en la palabra de Dios nos muestran la suerte que les espera a los codiciosos y a los soberbios, afortunadamente para ellos, también esa palabra de Dios les enseña el camino a seguir para impedir que continúen desarrollando la codicia y la soberbia y evitar que se dirijan al desfiladero del infierno obedeciendo como rey al propio lucifer. A la sazón, viene justo con el ejemplo y la enseñanza certera, lo contenido en la carta del Apóstol Santiago, en su capítulo cuarto, versos uno al diez: ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones. ¡Adúlteros! ¿No sabéis que amar el mundo es odiar a Dios? El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No en vano dice la Escritura: «El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal.» Pero mayor es la gracia que Dios nos da. Por eso dice la Escritura: «Dios se enfrenta con los soberbios y da su gracia a los humildes.» Someteos, pues, a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos, purificaos el corazón, lamentad vuestra miseria, llorad y haced duelo; que vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos ante el Señor, que él os levantará.

La moraleja es más que sencilla. Debemos alejarnos de las cuestiones, placeres y asuntos mundanos, pues ante ese oropel que engaña, que defrauda, que confunde y que hace que nos inclinemos a favor de nuestros intereses, propósitos y metas, con detrimento de los demás, de no hacerlo, la paga es la muerte. El camino correcto y las actitudes adecuadas que debemos asumir en nuestra existencia son entre otras: vivir con honradez, practicando la justicia y viviendo con la verdad como valor supremo de nuestra conducta. A todo esto debe agregarse nuestro sometimiento absoluto a la voluntad y a los preceptos de Dios, si no hacemos esto, nuestra vida eterna está en peligro y podríamos caer de la gracia. Usted debe elegir hoy, ahora, en este momento. ¿Quiere mantenerse como criatura de Dios y gozar de la resurrección con y por Jesucristo? O ¿Quiere vivir eternamente en el lago del azufre, junto con el diablo? La respuesta es sencilla.


Codicia y soberbia…Actitudes reprensibles que nos llevan al Fracaso y a la Muerte.




Imagen Uno: La codicia y la soberbia: Camino al infierno





Imagen Dos: Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor…




Para  citar este artículo: si se tratase del caso ejemplificado: GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo, Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
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