viernes, julio 24, 2015

EXCUSAS Y MÁS EXCUSAS… “ARGUMENTOS Y EXCUSAS PARA JUSTIFICAR NUESTRO MAL COMPORTAMIENTO”. POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADO Y PUBLICADO EN LA RED VIERNES 24 JULIO DE 2015.



EXCUSAS Y MÁS EXCUSAS… “ARGUMENTOS Y EXCUSAS PARA JUSTIFICAR NUESTRO MAL COMPORTAMIENTO”. POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADO Y PUBLICADO EN LA RED VIERNES 24 JULIO DE 2015.





IMAGEN UNO: LAS EXCUSAS NUNCA TE DEJAN QUEDAR MAL…





 IMAGEN DOS: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.




“LOS INDIVIDUOS MATERIALISTAS, CONSUMISTAS Y CREYENTES EN LA FELICIDAD Y EN LOS OROPELES QUE EL MUNDO TERRENAL LES OFRECE, SON GENTE IRRESPONSABLE, AL PUNTO QUE SON PROLIJOS INVENTORES DE LAS EXCUSAS MÁS EXTRAVAGANTES, PARA NO ACTUAR DE MANERA CORRECTA Y AJUSTADA A LAS NORMAS DEL BUEN VIVIR” PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR (MEGF) VIERNES 24 JULIO DE 2015.


EXCUSAS Y MÁS EXCUSAS… “ARGUMENTOS Y EXCUSAS PARA JUSTIFICAR NUESTRO MAL COMPORTAMIENTO”.
POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .
MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO EN LA RED VIERNES 24 JULIO DE 2015.


Es casi una constante en el mundo de las relaciones interpersonales y en las actitudes y reacciones particulares de los individuos, de la mayor parte de los integrantes de cualquier tipo de sociedad; aquella relacionada con pretender evadir, impedir y asumir las responsabilidades derivadas de comportamientos que no son éticos, que son injustos, contrarios a la verdad, inmorales, abusivos y la mayor parte de las veces, colindantes o rayanos en conductas consideradas como ilícitas, punibles o criminales. Son muchísimas en las situaciones en las cuales se presentan estas realidades que necesitarían la redacción de muchísimos libros contentivos de tales episodios. Me conformaré con señalar algunos de ellos para mostrarle al lector, la facilidad con la que contamos, para argumentar y expresar excusa tras excusa que impidan, que se nos pueda calificar como mala gente, como personas que no cumplen ni con las leyes humanas, ni con las establecidas por la sociedad, ni con las normas jurídicas que legislan los diferentes Estados y muchísimo menos, llenan los extremos de las enseñanzas y preceptos de Dios, que nos señalan y formulan verdaderos catálogos de ejemplares procedimientos, actitudes y conductas humanas, imperativamente necesarias para una convivencia común pacífica y cimentada en los valores trascendentes del ser humano y del espíritu, me refiero a la justicia, a la verdad, a la moralidad, a la decencia, la honradez, al esfuerzo laborioso creativo, al altruismo, a la solidaridad, al respeto a las leyes de Dios y a todos aquellos postulados que tienden a engrandecer el espíritu, el alma y la inteligencia de los hombres.
He presenciado situaciones que realmente generan mucha tristeza, pena y gran vergüenza. El último que acabo de vivir personalmente, se produjo cuando un taxista me trasladaba a mi domicilio y cuando le inquerí por el precio de sus servicios, me indicó una determinada cantidad de dinero. Y en una prueba previamente programada y calculada por mi persona, le pagué casi el doble de la cantidad que me había señalado, no sin antes requerirle una tarjeta de presentación, que necesitaba por sí se presentaba otra ocasión de tener que trasladarme en taxi y así poder ocuparlo. Siempre he pensado que todas las personas tienen un lado bueno, aunque se tratasen de individuos incorregibles, delincuentes y gente de muy mal comportamiento, es decir siempre he creído en la buena fe y que la mala necesita demostración. En el caso que les vengo narrando, el referido taxista nunca apareció para devolverme la cantidad de dinero que le pagué de manera excesiva. Al día siguiente le llamé vía telefónica, para recordarle lo que había sucedido con respecto al pago, a lo cual me ripostó diciendo que unas horas más tarde después de haberme dejado en mi domicilio, él se vio en la necesidad de pagar esa misma cantidad (En la que él había estimado sus servicios) por una frutas que había comprado y que desafortunadamente él no había contado el dinero que yo le había pagado, y que en consecuencia él no tenía ninguna culpa, y que por lo tanto no tenía tampoco la obligación de devolverme absolutamente nada. Ya el lector habrá podido concluir muy fácilmente, la excusa tan insustancial e inverosímil de este sinvergüenza, tan común en nuestra sociedad.


Contaré un segundo caso para no abarrotar la paciencia de quienes esto leen. Como muchos de mis lectores saben una de mis profesiones es la de ser abogado y por ello, puedo escribir varias obras sobre la situaciones que me ha tocado conocer y en algunos casos litigar, sólo que ni la ética, ni el secreto profesional y mucho menos la ley de Dios me permite propagar, comentar o expresar. Pero sin mencionar nombres, en cierta oportunidad llegó a mí bufete una dama muy conocida en la comunidad y sobre todo con gran fama de virtuosismo, honradez y el calificativo de ser muy justa y apegada a los preceptos más elevados de moralidad, ética y principalmente a las enseñanzas cristianas. Pues bien esta dama me relató, en mi condición de abogado y ella en condición de cliente, que en una de sus libretas de ahorro el banco le había abonado una cantidad de dinero bastante sustancial y que ella la había dispuesto a su leal saber y entender, pues pensaba que aunque su saldo no se correspondía con el dinero que ella realmente tenía depositado en esa cuenta de ahorros, sin embargo pensó que tal vez “el banco había subido los dividendos o intereses por esa razón le aparecía una cantidad de dinero mayor” (Otra vez excusa, más excusas). A todas estas yo le hice saber que en ese caso, los intereses o dividendos jamás podrían alcanzar la diferencia en dinero entre la cantidad que ella realmente tenía y la que posteriormente le apareció depositada. Acortando el episodio, le pregunté ¿Que cuáles eran los servicios que de mi requería? Y esta dama con expresión de ingenuidad, me manifestó que su banco le había enviado una comunicación en la cual le hacía saber su obligación de devolver la cantidad de dinero, que erróneamente le habían abonado a su cuenta. Ella, continuó diciéndome que ese dinero ya lo había gastado en su totalidad y me interrogó acerca de, “que si no existiría alguna fórmula legal para impedir que el banco le demandase y que ella tuviese que devolver con intereses la referida cantidad de dinero”. Les confieso que sentí mucha vergüenza, gran pena y mucha indignación al comprobar que esta “Señora”, como ser humano, como persona, era un fraude, era de esas personas que a través de: inventadas, baladíes y triviales argumentaciones y excusas, pretendían evadir su responsabilidad frente a la sociedad y eludir también las consecuencias de sus fraudulentos, dolosos y dañinos actos atentatorios a la moral, a la ley, a la justicia y a las enseñanzas de Dios.
Estas son solamente dos pequeñas muestras de las actitudes, reacciones y comportamientos de un gran sector de nuestra humanidad, que son verdaderos “vivíanis”, irresponsables, gente de mal comportamiento y de mal vivir, que están pendientes de cualquier error, de cualquier omisión o falta de inteligencia, prudencia, ignorancia o carencia de sensatez de otras personas o instituciones, para aprovecharse de esa situación y obtener beneficio o lucro. Así pasan toda su vida aprovechándose de los demás y prevaliéndose de su oscura conciencia para no trabajar, para subsistir del cuento y de la melodía, “de los pecadillos de buena fe de otros”, o si se tratare de gente que alguna vez labora, lo hacen pero pendientes de cualquier ocasión para beneficiarse de la actividad de los demás, de su entorno o de aquellos a quienes “puedan echarle humo” para engañarlos, sorprenderlos y obtener de esta forma alguna ganancia material o de cualquier otra especie. Qué lástima que la decadencia de la sociedad actual presente niveles tan degradantes de la personalidad humana y que el proceder promedio de los individuos este reñido con la verdad, con la justicia, con la moral y principalmente con la virtud y la probidad que la palabra de Dios nos enseña y nos orienta.



EXCUSAS Y MÁS EXCUSAS… “ARGUMENTOS Y EXCUSAS PARA JUSTIFICAR NUESTRO MAL COMPORTAMIENTO”. POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADO Y PUBLICADO EN LA RED VIERNES 24 JULIO DE 2015.




IMAGEN UNO: LAS EXCUSAS NUNCA TE DEJAN QUEDAR MAL…




 IMAGEN DOS: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.




“LOS INDIVIDUOS MATERIALISTAS, CONSUMISTAS Y CREYENTES EN LA FELICIDAD Y EN LOS OROPELES QUE EL MUNDO TERRENAL LES OFRECE, SON GENTE IRRESPONSABLE, AL PUNTO QUE SON PROLIJOS INVENTORES DE LAS EXCUSAS MÁS EXTRAVAGANTES, PARA NO ACTUAR DE MANERA CORRECTA Y AJUSTADA A LAS NORMAS DEL BUEN VIVIR” PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR (MEGF) VIERNES 24 JULIO DE 2015.


Para  citar este artículo: si se tratase del caso ejemplificado:


GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo, Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
©..DERECHOS RESERVADOS.FORMA Y REQUISITOS EN LA CITA DE ARTICULOS, NOTAS, REFLEXIONES AUTORÍA DE MEGF. REDACTADA EL 01 DICIEMBRE DE 2009.
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