MARÍA
CHIQUINQUIRÁ RUBIO RINCÓN DE WILHELM: “EXTRAORDINARIA MUJER, MADRE
PARADIGMÁTICA, VERDADERO EJEMPLO DE ESPOSA, CON SOBRESALIENTES DONES FAMILIARES
Y FORJADORA DE UNA FAMILIA HONORABLE, LABORIOSA Y PILAR FUNDAMENTAL DE LA
SOCIEDAD ZULIANA”. POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA
Y PUBLICADA EN LA RED: VIERNES 24 DE JULIO DE 2015.
IMAGEN: PROF. DR. MERVY
ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR…
MARÍA
CHIQUINQUIRÁ RUBIO RINCÓN DE WILHELM: “EXTRAORDINARIA MUJER, MADRE
PARADIGMÁTICA, VERDADERO EJEMPLO DE ESPOSA, CON SOBRESALIENTES DONES FAMILIARES
Y FORJADORA DE UNA FAMILIA HONORABLE, LABORIOSA Y PILAR FUNDAMENTAL DE LA
SOCIEDAD ZULIANA”.
POR: PROF. DR. MERVY
ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .
MARACAIBO. ESTADO
ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADA Y PUBLICADA
EN LA RED: VIERNES 24 DE JULIO DE 2015.
Integrante de esa
noble, laboriosa, honorable gran familia Rubio Rincón, fue mi tía abuela María
Chiquinquirá Rubio Rincón de Wilhelm, “tía Chinca”, como la conocíamos todos
mayormente, contrajo matrimonio con tío David Wilhelm, hermano de mi tío
Antonio Wilhelm, esposo a su vez de mi otra tía abuela Noemí Rubio Rincón de
Wilhelm, y ambas hermanas de mamá (Como la llamábamos sus nietos), mi
amantísima abuela Ana Delia Rubio Rincón de González. Para serle fiel a la
verdad, particularmente son pocos los recuerdos de mi infancia y juventud que mi
memoria conserva respecto de tía Chinca. Son más cercanos a mi mente la
situaciones y episodios en mi etapa de adulto y ya como profesional del
derecho, que los de los tiempos anteriores. Esta circunstancia tal vez deba
atribuirse al distanciamiento de mi parte, del hogar de la familia Wilhelm
Rubio, no obstante la cercanía existente entre los inmuebles en los cuales
habitaban mi tía Noemí y su familia, mi abuela Ana Delia y la casa de tía
Chinca. Otro factor, pienso yo que influyó en la prenombrada situación, tuvo
que ver con mi actitud de dedicarme de manera exclusiva y a tiempo completo a
mis estudios de bachillerato y de la universidad, período en el cual mi
itinerario se circunscribía a la asistencia a clases, el regreso a mi domicilio
y el resto del tiempo a la atención al ciento por ciento de mis estudios a
nivel de mi formación mi formación en el nivel de la secundaria y luego en la
academia correspondiente a la fase universitaria, pues fue mi meta fundamental
en ese lapso, la de obtener el título
universitario, para salir de la difícil situación económica en la que vivía mi
familia biológica y prepararme académica y profesionalmente para los retos que
me tracé en mi época de adolescente, y que puedo decir hoy con 65 años de edad
y casi 40 años de grado como abogado, con el favor de Dios y de la virgen María
Santísima, he cumplido todos, aun aquellos que ni siquiera estaban en la lista
de objetivos, propósitos y metas fundamentalmente trazadas.
Recuerdo de mi tía
Chinca que fue una persona muy hacendosa, ganada para el trabajo no siempre
fácil del hogar, extremadamente responsable y una cuidadora y protectora en
aristas acentuadas de todo su conglomerado familiar. Cultivadora constante de
las buenas costumbres, de la moral, de la justicia y de la verdad, fiel
creyente en Dios, en la virgen y en los santos, jamás observe ni escuché que
ella hubiese incurrido en alguna mentirilla, aunque se tratasen de las llamadas
mentiras blancas. Su existencia transcurrió bajo las querencias, afectos, el
respeto y admiración de toda su familia en lo particular y en lo general.
Vecinos, amigos, conocidos, propios y extraños cultivaron su amistad, al tiempo
que la conceptualizaban como una gran mujer, una excelente persona, con gran
disposición para ayudar a los demás y y reconocieron igualmente el carácter
valiente y corajudo de tía Chinca. Precisamente éste es una de las facetas que
más recuerdo de ella. Su buen trato, su cordialidad y su cariño, contrastaba
con un carácter fuerte, que no admitía ni la mentira, ni el irrespeto ni la
irreverencia. En muchísimas ocasiones pude testimoniar estas circunstancias. En
parte mi opinión, es que tía Chinca en su forma de actuar y en su temperamento
y personalidad fue muy cercana a mi tía Noemí
Visitaba a mamá (Mi abuela Ana Delia
Rubio Rincón de González) con cierta frecuencia y a pesar de que en algunas
oportunidades discutían, tal y como ocurre comúnmente, entre los miembros de
cualquier familia, regularmente se llevaban muy bien, tal vez por qué mamá
también poseía una personalidad, un carácter y una forma de proceder de
similares características a tía Chinca y tía Noemí. Insisto en que aprendí a
conocerla un poquito más cuando me hice adulto y egresé de la Universidad del
Zulia, pues en esta etapa tía Chinca se abrió un poquito más conmigo y me
permitió acercármele más. Pienso que uno de los rasgos más resaltantes de mi
tía Chinca fue su actitud de gran severidad y extremado acento en lo estricto
de las cosas, lo que me impidió a mí, particularmente haberla conocido y estrechado
con ella más de lo que había deseado en esa época. No obstante el trato, la
relación y la comunicación que tuve con tía Chinca me permiten afirmar de
manera clara, contundente y categórica, que además de una madre especial,
honrada, y luchadora más allá del cansancio por el bienestar de su familia,
demostró con los hechos, su gran valor, su extraordinaria estatura moral, sus
ejemplos orientadores de la bondad de la verdad y de la justicia. Deja mi tía
Chinca un patrimonio moral, ético, justiciero, cristiano y social, inestimable
y digno de ser seguido por quienes desean pasar a la posteridad como parte
integrante de los auténticos e íntegros seres humanos, que necesita la sociedad
para poder permanecer en el camino correcto, probo, de gran moralidad y
fundamentalmente enmarcado en los preceptos y postulados que orientan la
doctrina católica cristiana. Te amo mi tía Chinca y con esta reflexiones le
reitero a mis primos Rubio Wilhelm y al resto de sus parientes, mis expresiones
de gran afecto, cariño y solidaridad.
Reconocimiento que hoy
te hacemos, tus sobrinos y sobrinos nietos, en nombre de: Prof. Dr. Mervy
Enrique González Fuenmayor, de mis hermanos: economista William González Fuenmayor,
Licenciado Adelmo González Fuenmayor, bachiller Magly González Fuenmayor y
bachiller Enio González Fuenmayor. Clímaco José y Luis Esmeiro González Rubio y
de mi tía materna María Auxiliadora Fuenmayor Urdaneta viuda de Bracho, y
también de parte de todos quienes te
conocieron.
Redactado por Prof. Dr.
Mervy Enrique González Fuenmayor, en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia,
Venezuela, América del Sur, el día sábado 25 de julio de 2015, a las dos de la
tarde.
MARÍA
CHIQUINQUIRÁ RUBIO RINCÓN DE WILHELM: “EXTRAORDINARIA MUJER, MADRE
PARADIGMÁTICA, VERDADERO EJEMPLO DE ESPOSA, CON SOBRESALIENTES DONES FAMILIARES
Y FORJADORA DE UNA FAMILIA HONORABLE, LABORIOSA Y PILAR FUNDAMENTAL DE LA
SOCIEDAD ZULIANA”. POR: PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADA
Y PUBLICADA EN LA RED: VIERNES 24 DE JULIO DE 2015.
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Para citar este artículo: si se tratase del caso
ejemplificado:
GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del
Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo,
Venezuela La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
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