ESPERANZA…
“UNA SOCIEDAD DESESPERANZADA ESTÁ CONDENADA A SU PROPIA EXTINCIÓN”. POR: PROF.
DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADO
Y PUBLICADO EN LA RED MIÉRCOLES 27 DE MAYO DE 2015.
IMAGEN UNO: LA
ESPERANZA ES MOTIVO DE ALEGRÍA Y PAZ…
IMAGEN DOS: PROF. DR.
MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR…
“UNA VIDA SIN ESPERANZA,
ES UNA MUERTE ADELANTADA” PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. (MEGF)
MIÉRCOLES 27 DE MAYO DE 2015.
ESPERANZA…
“UNA SOCIEDAD DESESPERANZADA ESTÁ CONDENADA A SU PROPIA EXTINCIÓN”.
MARACAIBO. ESTADO
ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO
EN LA RED MIÉRCOLES 27 DE MAYO DE 2015.
Desde el punto de vista
del lenguaje común la esperanza pudiera ser entendida como:
esperar, con poco fundamento, que se conseguirá lo deseado o pretendido.
Entiende el común de los individuos, que aunque la situación que le circunda
sea muy grave, calamitosa, de tragedia o tribulación, siempre tendrá de su lado
la esperanza de que las cosas puedan cambiar que esas situaciones de
dificultades desaparecerán con el tiempo, si se tiene una buena disposición,
una conveniente actitud y unos deseos intensos por los cambios positivos y
favorables que se esperan, aunque racionalmente o desde el punto de vista
objetivo, esas transformaciones pudiesen estar negadas en su concreción.
La vida
cotidiana, la existencia del hombre y sus actuaciones a través del curso de la
historia han probado de manera categórica e incuestionable, su naturaleza y
esencia indisolublemente vinculada a esa necesidad de pensar, de querer, de
pretender, que aunque su particular situación de vida sea verdaderamente
adversa, difícil y atentatoria de las condiciones más mínimas de subsistencia,
su fuerza interior y su, por demás inocultable deseo de bienestar, prosperidad,
alegría y paz, harán que siempre su inclinación esté más motivada por la
esperanza que por su lado opuesto, que constituye la desesperanza. Y esto es
precisamente lo que hace grandes, desarrollados y hermanados con el éxito, a
los pueblos y sociedades que han logrado para ellos los más altos grados de
felicidad, de convivencia pacífica y de avances en todo los géneros de la
existencia humana: en lo social, económico, político, académico, educacional,
tecnológico y espiritual. De allí que se pueda afirmar sin temor a equívocos,
que una sociedad fundada en la desesperanza es víctima de su propia
aniquilación, porque donde no hay deseos de bienestar, de prosperidad, de
desarrollo, de inspiración creativa, la presencia que se muestra de manera
evidente es la del fracaso, la de la derrota absoluta y la de la muerte de
cualquier acción, acto o esfuerzo positivo, satisfactoria y orientada hacia la
consecución de la verdadera felicidad colectiva y particular. El Diccionario de
la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) nos trae como definición de la
esperanza lo siguiente:
“esperanza.1. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta
como posible lo que deseamos.2. f. Mat. Valor medio de una variable aleatoria
o de una distribución de probabilidad.3. f. Rel. En la doctrina cristiana, virtud
teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido. ~ De vida.1. f. Tiempo medio que le queda por vivir a un individuo de una población biológica
determinada. Para los recién nacidos coincide con la duración media de la vida
en dicha población.alimentarse alguien de ~s.1. loc.
verb. Esperar, con poco fundamento, que se conseguirá lo
deseado o pretendido. Dar ~, o ~s, a
alguien.1. locs. verbs. Darle a entender que puede lograr lo que solicita o desea. Llenar algo la ~.1.
loc. verb. Corresponder el efecto o suceso a
lo que se esperaba.qué ~s.1.
loc. interj. Cuba, Méx. y Ven. U. para indicar la
improbabilidad de que se logre o suceda algo.□ V.ancla de la esperanza”.
No
se requiere ser un erudito, un destacado filósofo o un sabio, para concluir a
tenor de lo expresado anteriormente, que el hombre que carezca de esperanza,
está sentenciado a ver transcurrir los días de su existencia, en el lienzo
trágico de un suceder de hechos y situaciones, que lo Irán minando, debilitando
y reduciendo, al punto tal, que será su propio testigo de cómo se le irá la
vida sin ofrecer resistencia a los factores que motivan esta situación, porque
sencillamente carece del entusiasmo, de la predisposición para el éxito, de la
actitud para esforzarse y esperar siempre lo mejor, lo que definitivamente lo
borrará de los trazos pintorescos del cuadro destinado, sólo a los seres
vivientes con grandes deseos de vivir, de mejorar, de superarse y transitar de
manera continua las veredas y caminos de la grandeza, de la justicia, del
triunfo, de la verdad, de la solidaridad humana, de su relación íntima con Dios
y concluyentemente, su desplazamiento hacia su sepultura individual y social
Hay
de aquellos individuos y sociedades que no tienen el estado del
ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. Estos hombres y
estos grupos humanos han pronunciado la condenatoria fatal, inexorable y de
muerte de su futuro. Me niego a creer que la mayoría de los seres humanos
pertenezcan a esta categoría social y particular. Por el contrario pienso y
estoy seguro, de que el hombre está conectado hacia ese gran ser superior que
es Dios, que día a día le alimenta con su amor, con su misericordia, con su
discernimiento y sabiduría, para que no caiga ni se abata frente a las
dificultades, problemas e inconvenientes. La esperanza es la regla, la
desesperanza es la excepción. Por ello amigos lectores, soy un optimista a
ultranza creo que en cada uno de nosotros predomina el bien antes que el mal,
la verdad antes que la mentira, la justicia antes que la injusticia, lo moral ante
lo que no es ético, la fe antes que el ateísmo, la solidaridad frente a la
indolencia, la misericordia antes que la barbarie, y lo que es más importante
una creencia en Dios que es indestructible, aunque a veces parezca que el mal y
el maligno estén ganando terreno. Mientras el hombre viva dentro del sublime
manto de la esperanza, no habrá posibilidades para que la sociedad no lo haga
de manera sucedánea, y en consecuencia tampoco existirá y menos se
materializará la hipótesis de una sociedad desesperanzada con iniciativas
autodestructivas. Cultivemos una fe auténtica y dinámica en Dios, en su poder,
en su gracia, en su amor y en su misericordia, esto es la base fundamental de
las sociedades y de las personas amuralladas con la esperanza y en contra del mal.
ESPERANZA…
“UNA SOCIEDAD DESESPERANZADA ESTÁ CONDENADA A SU PROPIA EXTINCIÓN”. POR: PROF.
DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. mervyster@gmail.com .MARACAIBO. ESTADO ZULIA. VENEZUELA. AMÉRICA DEL SUR.REDACTADO
Y PUBLICADO EN LA RED MIÉRCOLES 27 DE MAYO DE 2015.
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“UNA VIDA SIN ESPERANZA,
ES UNA MUERTE ADELANTADA” PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR. (MEGF)
MIÉRCOLES 27 DE MAYO DE 2015.
Para citar este artículo: si se tratase del caso
ejemplificado:
GONZÁLEZ FUENMAYOR, Mervy Enrique .El Ejercicio del
Principio Inquisitivo: ¿Ofrenda a la Ética o a la Justicia? Maracaibo, Venezuela
La Universidad del Zulia. 28-Enero-2009. Disponible en: )
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REDACTADA EL 01 DICIEMBRE DE 2009.
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