miércoles, octubre 14, 2009
ORACIÓN “SEÑOR HAZ QUE CULTIVE EL TEMOR A TI…PARA TENER FE”
ORACIÓN “SEÑOR HAZ QUE CULTIVE EL TEMOR A TI…PARA TENER FE”
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED MIERCOLES 14 OCTUBRE DE 2009.
O R A C I Ó N
¡Feliz el que ha encontrado la prudencia y el que la expone ante un auditorio atento! ¡Qué grande es aquel que encontró la sabiduría! Pero nadie aventaja al que teme al Señor: el temor del Señor supera a todos lo demás, y el que lo posee ¿a quién se puede comparar? El temor del Señor es el comienzo de su amor, y es por la fe que uno empieza a unirse a él. Amen y amen… (Fragmentos del libro de la Sabiduría, capítulo 25)
COMENTARIO
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Tu amor y santidad guardan para siempre nuestra vida. Por eso Señor no encuentro palabras para mostrarte mi fe. Mi subordinación, mi temor reverencial a ofender tus mandatos y mi anhelo, de que siempre estés conmigo. Gracias mi Señor. A veces la vida me sorprende con situaciones que no puedo comprender, que me confunden y permiten que tome decisiones equivocadas. Señor enséñame a ser paciente y prudente, en la cotidianeidad de mi vida. La paciencia me hace esperar el momento oportuno para actuar y la prudencia me da discernimiento para precisar los límites de mi actuación, respetando el derecho de los demás y colocándome vallas, para el caso de que, por error o con intención, pretenda dañar al prójimo. Pero no basta con ser paciente y prudente. Si queremos vivir en santidad y caminar los senderos de Dios, es preciso el buen discernimiento que nos concede el espíritu santo, para que podamos diferenciar de manera categórica y tajante, el bien del mal. El discernimiento de Dios nos ofrece la sabiduría, que es la madre de la justicia y de la equidad. Aún así todavía el hombre está desprotegido, el maligno conoce esta situación y por ello busca atraer al hombre para sembrarle la confusión, la ignorancia y las tentaciones. Así que, Señor Jesús además de la paciencia, la prudencia y la sabiduría, es menester que el temor a Dios sea fuente inspiradora de todos mis actos, mis pensamientos y obras, para poder observar tu palabra que nos recuerda: El temor del Señor es el comienzo de su amor, y es por la fe que uno empieza a unirse a él. Animo, gozo, alegría...
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