lunes, abril 28, 2008

ORACIÓN " EL LENGUAJE DEL AMOR"

Título
ORACIÓN: “EL LENGUAJE DEL AMOR “.
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO-ESTADO ZULIA-VENEZUELA-AMÉRICA DEL SUR.
IMPRESA: LUNES 28 DE ABRIL DE 2008. HORA: 03 Y 39 A.M.
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL: JUEVES 18 DE JUNIO DE 1998.


Oración y Comentarios

Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor

Maracaibo, LUNES 28 de Abril de 2008

(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…” que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).


O R A C I Ó N
Señor te damos gracias y te bendecimos en esta mañana .Señor Jesús al situarnos en tu presencia sentimos como nuestro cuerpo, nuestra mente, y nuestro espíritu se llenan de efluvios de amor. Y precisamente señor en esta mañana queremos agradecerte por el amor que nos has dispensado y que nos siguen dispensando y al mismo tiempo reflexionar que el lenguaje cotidiano que debemos utilizar en nuestra vida es el lenguaje del amor. Probablemente todos nos hemos encontrado en situaciones, en que debemos escoger y medir nuestras palabras cuidadosamente. Sin embargo cuando nos comunicamos con Dios no necesitamos preocuparnos, ni inquietarnos por las palabras correctas. Dios comprende lo que hay en nuestro corazón y en nuestra mente. Porque el se comunica con nosotros en el lenguaje del amor. Para hablarle a Dios en ese lenguaje sólo tenemos que ser sinceros y abrir nuestro corazón. Encontramos seguridad al afirmar: querido Dios tú sabes mis necesidades antes de que yo te las cuente. Conoces mi corazón antes de que ore. Conoces mi gratitud antes de que te dé las gracias. Te doy gracias señor por comunicarte conmigo en el lenguaje del amor. El lenguaje del amor trasciende las limitaciones del vocabulario y la voz, uniéndonos a Dios con fe, sin palabras. Pues escrito está: vuestro padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros lo pidáis. Amén y amén...

C O M E N T A R I O.

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Que grato conversar con el señor. Situarnos en su presencia nos llena de infinito gozo. Hermano y hermana radioyente, el lenguaje del amor es el vehículo más importante que tenemos todos y cada uno nosotros como regalo de Dios para poder comunicarnos. Y es a través de lenguaje del amor cuando nos aproximamos a nuestro prójimo. Es el lenguaje del amor que transforma el entorno en conciliación y paz. Ese es lenguaje del amor, que usó nuestro señor Jesucristo en su predicación. En su orientación y en su enseñanza. Por eso hermano y hermana radioyente en esta mañana, debemos entender que si no hay tierra, es decir, donde no hay corazón no se puede cultivar el amor. Pues nada necesitamos tanto, como amar y sentirnos amados. ¿Porque entonces el egoísmo, el odio, el fanatismo y la violencia? ¿Será que no sembramos suficiente amor o no lo sembramos a su debido tiempo? Sembrar no es decir te amo o te compadezco... sino demostrar con acciones concretas que ese interés por el prójimo: la satisfacción de sus necesidades, el reconocimiento de todos sus derechos, el trato justo, la equilibrada distribución de la riqueza, el tomarlo en cuenta para las grandes decisiones que la sociedad debe tomar etc., obedece a un interés bien intencionado, al interés en ayudarlos a ser ellos mismos. Sembrar amor es olvidar los errores y las ofensas. Sembrar amor es, en el campo religioso: no fanatizarnos por nuestros respectivos credos, ya que todos ellos conducen a quien precisamente es la máxima representación del amor: nuestro señor Jesús. En el campo político, sembrar amor es actuar conscientes, antes que el estado y/o sus leyes, está el hombre que es criatura hecha a imagen y semejanza de Dios. En el campo social, sembrar amor es: erradicar la injusticia, fuente de la desigualdad que genera resentimiento y violencia No basta con esparcir las semillas del amor. Debemos además de ello, cuidar ésas semillas para que cayendo en tierra fértil, puedan darnos frutos de auténtica sabiduría, de comprensión y de justicia. Es preciso entonces abonar esa tierra que es nuestro corazón para que la semilla del amor germine. Con paciente comprensión debemos regarla, solidarizándonos con el dolor ajeno. Hermano y hermana radioyente sólo así brota, florece y fructifica el amor. Animo, gozo, alegría…


N O T A D E L A U T O R




Amigos y amigas, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- “DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO”. ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.

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