Oración:" POR LA SALVACIÓN DEL MUNDO”
Por Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
Maracaibo, Estado Zulia, República de Venezuela, América del Sur.
Impresa el Martes 22 de abril de 2008 a las 04:21 am
Tomada de su versión original del día Viernes 08 de Enero de 1999.
Oración y Comentarios Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…" que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).
ORACIÓN.
Estoy delante de ti Señor perturbado y nervioso .No tengo palabras, vuelan mis pensamientos. Mi corazón late con angustia. Estoy delante de ti Señor para exponer pedir e implorar una bendición muy especial no para mí sino para todos nosotros, para la humanidad entera, para este mundo inmenso. Estoy delante de ti Señor, conociendo las debilidades humanas, la oscuridad que reina en todos los lugares, los terribles pecados de los hombres y la falta de respeto por las leyes divinas sobre la tierra. Estoy delante de ti Señor, consciente de tu inmensa bondad. Para pedir perdón por los millones de hombres que aún no encontraron su camino. Implorando para ellos la salvación de este mundo .Estoy delante de ti Señor más calmado ahora. Nuevamente fuerte y seguro, confiando en tu misericordia y bondad, pidiendo nuevas oportunidades, orientación y más amor para la salvación de este mundo. Amén y amén...
Comentario
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Qué hermoso es platicar con el Señor. Cuando conversamos con el Señor y nos colocamos en su santa presencia, inmediatamente una sensación de alegría y de inmensa paz invade todo nuestro cuerpo, nuestra mente, alma y espíritu. Y en esta preciosa mañana, amigo y amiga radioyente, hemos elevado una plegaria al Señor: por la salvación del mundo. Y esta plegaria es consecuencia de una reflexión que nosotros debemos realizar día a día, cuando miramos, cuando observamos y participamos en un mundo que vive totalmente de espaldas a la palabra del Señor: un mundo inmerso en el materialismo y en el consumismo. Un mundo signado por actitudes que dañan la naturaleza humana y divina de cada uno de nosotros. Actitudes como la envidia, la prepotencia, la vanidad, la carencia de una solidaridad, la falta de piedad, la ausencia de amor por el prójimo, la carencia de verdad y de justicia en nuestro actuar y en nuestro comportamiento. En este mundo amigo y amiga radioyente, tenemos todos lo obligación de transformarlo, y esa transformación de este mundo en un mundo mejor, más humano, más justo y más cristiano, no puede realizarse si nosotros nos transformamos interiormente, es decir la transformación de cada uno de nosotros. Que bien miramos nosotros los defectos demás Qué fácil es criticar la actitud lo demás. En este mundo de final de milenio y final del siglo veinte, cuan cómoda es nuestra postura cuando tenemos que criticar las cosas que nos rodean y las situaciones que vivimos en la sociedad. Cuántas veces nosotros hemos expresado nuestra crítica acerba y agria contra algún personaje, contra alguna situación y nos damos hasta el lujo de afirmar que este mundo perdido, es que en este mundo no hay buenas persona. Es que en este mundo no hay gente honrada. Es que en este mundo no hay justicia. Pero amigo y amiga radioyente nos hemos preguntado ¿ En qué medida somos nosotros justos? Nos hemos preguntado acaso ¿En qué medida nosotros somos honrados? ¿ En qué medida somos buenos padres o madres? , ¿En qué medida somos amorosos con el prójimo? ¿En qué medida hemos sido nosotros solidarios con el hambriento, con el sediento , con aquel que no tiene recursos económicos para subsistir. Cuántas veces nos hemos preguntado ---si es que yo soy comerciante ---no he caído también en el mundo de la especulación, del re- marcaje de precios; en la venta de productos adulterados etcétera. Como está mi rol dentro de la sociedad, como estudiante, como gobernante, como profesional universitario, como docente, como plomero, como militar activo o retirado, como sacerdote, como ciudadano, como hijo, como padre o madre, como hermano, como pagador de mis impuestos, como ingeniero, como servidor público etcétera, en fin en todas y cada una de las funciones que nos toca desempeñar. No podemos salvar el mundo, si nosotros no nos transformamos y le damos cabida en nuestra vida a la palabra del Señor, para que nos guíe y conduzca por caminos de verdad y de justicia de verdad y de justicia. Los hombres de fe y oración, amigo y amiga radioyente, viven intensamente la angustia y el deslumbramiento de la condición humana. Los hombres de fe y de oración no se alienan y no pasan al lado de todo. También ellos contemplan el cortejo de odios, malentendidos, disputas, envidias, enemistades que asolan la tierra. También los hombres de fe y oración, ven la enfermedad de la muerte segando vidas. Sufren con la injusticia y la opresión. Conocen claramente el cáliz amargo de los fracasos, de los desafíos dramáticos, así como de las fallas y frustraciones personales. También los cristianos tienen conciencia de lo que son y de lo que deberían ser .Y cuán lejos está el mundo de lo que podría y debería ser dentro de los planes del padre. Por ello en esta mañana amigo y amiga radioyente vamos a tomar conciencia de cuál es nuestro papel como un instrumento coadyuvante en la salvación del mundo y fundamentalmente recordar de que nada podemos hacer sin nuestro buen Dios. Por ello esta mañana, vamos a pedirle al Señor que nos acompañe siempre para poder llevar una vida en plenitud y convertirnos en un instrumento muy importante para la construcción de la civilización del amor. Ánimo, gozo, alegría...
NOTA DEL AUTOR.
Amigos y amigas, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- "DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO". ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.
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