sábado, mayo 30, 2009
LA NOTA CORTA. “¿TIENES MIEDO A MORIR…?”
LA NOTA CORTA. “¿TIENES MIEDO A MORIR…?”
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y TRALADADA A LA RED EN SÁBADO 30 DE MAYO DE 2009.
Todo principio tiene su final. Todo su comienzo tiene su ápice. Todo lo que nace tiene que morir. Estas verdades absolutas, estas expresiones, máximas y sentencias constituyen fuentes perturbadoras en la vida de los seres humanos. La mayor parte de las personas viven su vida como que, si se fuesen a quedar permanente y eternamente en este planeta tierra, en este globo terráqueo, en esta existencia material. Sucede esto con mayor frecuencia de la que pensamos. Pero en ciertos segmentos, etapas y períodos de nuestro ciclo existencial, nos enfrentamos cara a cara con la gran interrogante: ¿Qué sucederá después de mi muerte? Algunos medianamente convencidos, albergaran la esperanza de la vida eterna, mas no obstante, evidenciaran sus miedos y temores cuando la muerte está más cerca, y como producto y resultado de alguna enfermedad terminal o por la llegada de la ancianidad extrema. Es precisamente en estas etapas en las cuales el ser humano se debilita, se quebranta, se apocopa ,se hace pequeño, sufre el síndrome de la incredulidad en la vida eterna ofrecida por el sacrificio limpio, puro y sin mancha, desde donde sale el sol hasta el ocaso, cumplido por Jesús de Nazaret, el hijo de Dios, el mesías, el redentor. En estos cruciales momentos, manifestamos una carencia de fe que no ayuda en nada a neutralizar y eliminar el miedo a la muerte.
Frente a esa realidad, algunos van en busca del esoterismo, de la cábala, del espiritismo, de la brujería, de los hechiceros, y de cuanta charlatanería asociada con el ocultismo, como remedio a un destino inminente como lo es la muerte de nuestra existencia corporal, de nuestra existencia material, de nuestra vida terrenal. Flaco servicio le prestamos a nuestra condición de cristianos católicos, de creyentes en Dios, en la resurrección de Jesucristo, en la resurrección de la carne, en el espíritu santo, en la santa iglesia católica, en la comunión de los santos, en la intercesión de nuestra virgen madre María etc. es bueno saber de manera definitiva que algún día tendremos que morir y que ese destino, esa realidad es de imperativo cumplimiento, de forzosa realidad, de efecto biológico obligatorio y lo más importante y fundamental: el cumplimiento de la voluntad de Dios expresada en sus escrituras: "DE POLVO HAS SIDO HECHO Y EN POLVO TE CONVERTIRÁS".
No obstante lo expresado anteriormente, debemos aseverar que, efectivamente todos sin excepción hemos sentido alguna vez por lo menos el miedo a la muerte, ello es biológicamente razonable y normal. Ese temor es consecuencia de lo que los expertos llaman el instinto de conservación presente en todo los animales, recordemos que según esos expertos somos animales racionales. Lo que si, no pueden afirmar esos expertos es nuestra condición espiritual. Y es precisamente esta naturaleza divina con la cual Dios nos creó, la que nos garantiza la transición de la muerte corporal a una resurrección de la carne, de nuestro propio ser a una vida eterna en el reino de los cielos y a algunas de las mansiones que en ese reino, Dios ha preparado para cada una de sus criaturas, que han creído en su palabra, en Jesucristo su único hijo, en Jesús como el camino, la verdad y la vida. Nadie va al padre sino es por el. Por ello, cuando nos asaltan las dudas y los temores por lo que será nuestro futuro después de la muerte, deberíamos aferrarnos con fe, a la promesa hecha por Jesús de Nazaret cuando por intermedio de sus discípulos nos confirmó que el es la resurrección y la vida, que todo aquel que crea en el, aunque esté muerto vivirá. Y todo aquel que viva y crea en el, no morirá jamás. En los párrafos sub-siguientes reproduciré algunas líneas que nos serán de gran beneficio y ayuda para despejar y echar a un lado el temor a morir.
“Amigo lector si tú estás en una situación en la cual la enfermedad te agobia y amenaza con destruir tu vida .Si estás en esos momentos finales o te han diagnosticado una enfermedad terminal en la cual ese diagnóstico establece una fecha aproximada o cercana para que tu vida se acabe, no temas porque el señor ya pagó el precio. También porque las cosas no son siempre lo que parecen. A veces pensamos---erróneamente---que la llegada de la muerte destruyera al hombre. Todos entran en ésa caverna tenebrosa cubierta de tierra fresca o en las profundidades del mar, nadie se escapa de este enemigo .Pero ahora, Cristo ha resucitado de entre los muertos. Lo que destruye al hombre, ha sido destruido por otro hombre. La muerte fue tragada por Jesucristo, un acto muy lejos de ser fácil .Casi se ahogó Cristo en ese trago, delirante de angustia en aquel huerto y aquella cruz. No es de extrañar, pues, que la tumba estuviese vacía, cuando vinieron las mujeres y los discípulos aquella mañana del domingo. Miren que la tumba vacía, es prueba de que el ataque de esa muerte ha fracasado. El que parecía ser víctima ha triunfado. Amigos y amigas, he aquí, este es nuestro Dios al que hemos esperado y nos salvará. Ya lo dijo el profeta, la palabra se ha cumplido, nuestra espera ha terminado, nuestro Dios ha venido, hemos sido salvados. Que sean pues para siempre los días de nuestra existencia, días festivos en nuestro espíritu, demos saltos de alegría, alrededor de aquella tumba vacía y el señor Dios de los ejércitos, hará banquetes de manjares suculentos.
Finalmente elevamos a ti esta oración, para que nos des la fuerza y el discernimiento necesario y erradicar de nuestra mente, cuerpo y espíritu el temor a morir:
Creemos en Dios profundamente. Sabemos señor que tú venciste a la muerte, al pecado, al maligno. Penetraste en sus propias fauces, derrotando a la muerte y resucitando para devolvernos la vida que habíamos perdido. Porque si la muerte entró en el mundo por un hombre y por el pecado, también por la gracia de Dios y por un hombre, que eres tú Jesús hijo de Dios, entró la salvación. Señor Jesús, en esta dificultad, en esta tragedia, en esta ancianidad que ya no deja ni que pueda moverme, en esta enfermedad que me agobia, te pido señor que intercedas por mí, para que sea rescatado de las fauces de esa muerte que hoy se me acerca, y amenaza con extinguir mi vida. Pero sé señor que tú pagaste el precio y ese precio fue tu vida, resucitando y subiendo al cielo, sentándote a la derecha del padre. Señor, con corazones alegres, con espíritus que vuelen hacia ti, te saludamos como el victorioso salvador que triunfó sobre nuestro gran enemigo: la muerte. Amén y amén… “(TOMADA DE: ORACIÓN “EL MIEDO A LA MUERTE” POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR.MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL VIERNES 16 ENERO DE 1998.TRALADADA A LA RED EN MIERCOLES 29 DE ABRIL DE 2009)
ETIQUETAS: VENCEDOR DE MUERTOS, PÁNICO A LA MUERTE, VIDA ETERNA, NO MORIR,
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