ORACIÓN " ESPERANDO EN EL SEÑOR "

ORACIÓN "ESPERANDO EN EL SEÑOR"

POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR.
TOMADA DE SU VERSIÓN ORIGINAL MARTES 29 DE ABRIL DE 1997.
TRALADADA A LA RED EN MARTES 16 DICIEMBRE DE 2008.
Autoría del Prof. Dr. Mervy Enrique González Fuenmayor
MARTES 16 DE DICIEMBRE DE 2008.

(Fragmentos elegidos de la sección: "MERVY GONZÁLEZ ESTÁ CONVERSANDO CON…" que formó parte de un programa radial en el que participó como conductor por espacio de cuatro años aproximadamente: 1996, 1997, 1998, 1999, que se trasmitía en una estación radioeléctrica ubicada en la ciudad de Maracaibo-.Estado Zulia.- República Bolivariana de Venezuela. América del Sur).



O R A C I Ó N

Vente conmigo soy cobarde, cuando me siento solo temo. Mi fe se tambalea todo el día, cuando encrespa el mar sus olas. No duermas mi señor, dime qué estás conmigo. Hazme sentir en este día ,tu brazo inmenso sobre el mar, los cielos y la tierra se doblan ante ti, eres el Dios de la mañana, el Dios del gran poder. Arranca de mi carne pecadora cualquier espíritu de mal. Sea tu Pascua la noticia de gracia de mi libertad. Tú pasas por mi vida cada dia y con amor de amigo me susurras: levántate y camina, no dejes que el pecado o la tristeza te impidan avanzar .Señor no dejes nunca de pasar. Cada mañana tiene un nuevo sol, hoy dices a Mateo el pecador: vente conmigo 20 sígueme y confirmas tu plan, no necesitan medico los sanos sino los pecadores. Que alegría amanece sobre el mundo, al eco peregrino de tu voz. Amén y amén...


COMENTARIO

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

En esta conversación muy personal con nuestro señor ,le hemos manifestado: señor soy cobarde ,señor mi fe a veces se tambalea porque a veces el aguijón de la duda pone en tela de juicio el amor que siento por ti y la fe que he tenido desde niño. Por ello, señor en esta mañana, tu que eres el Dios del gran poder, te hemos pedido en la oración se arranques de nuestra carne pecadora cualquier espíritu de mal, porque nosotros vivimos en algunas oportunidades presos de la maledicencia y la murmuración, viendo la paja en el ojo ajeno, sin mirar en nuestro propio ojo la viga de madera que lo invade. Porque, como débiles que somos, a veces evidenciamos nuestras flaquezas, prejuzgando y atacando al prójimo, formándonos juicios de valor sin haber examinado con profundidad las situaciones o hechos que rodean a una persona, a su familia, a una comunidad o al país todo. Por eso le pedimos al señor que arranque de nosotros ese espíritu del mal que nos obliga en muchos oportunidades, por esa tentación, a causar daño a nuestros hermanos biológicos, a nuestros padres ,a nuestros hijos, a nuestros vecinos, a nuestros amigos. Por ello debemos pedir al señor que pase siempre cada día por nuestra vida, para que con ésa misericordia del señor, con ese infinito amor, pueda el susurrarnos cuando nosotros hubiésemos pecado, para que él nos afirme: levántate y camina, no dejes que el pecado o la tristeza te impidan avanzar. Porque es cierto hermano y hermana, todos cada día caemos un poquito en la tentación y en el prejuicio. Pero también es importante no quedarse allí tirado, envuelto quizás en un círculo vicioso. Si pequé y caí, ya mi alma no tiene perdón, y eso no es cierto. El camino de la santidad es duro, está preñado de muchas dificultades y así son las cosas que te dan realmente un sabor permanente de tranquilidad, paz y amor. Por ello cuando caigas, el señor nos dice: levántate y camina, deja el pecado y la tristeza, deja ese camino, sigue avanzando. Por eso cada vez que caigas en un error, en una falsa apreciación, en una imputación maliciosa que le has hecho a tu prójimo: levántate, el señor ha redimido nuestras culpas. Has tu propósito de enmienda para volver al camino de la luz, de la gracia, tela santidad. Por eso hoy recordamos lo que Jesús le dijo a Mateo, a Mateo el pecador, le dijo: vente conmigo y sígueme .Por eso en esta mañana le estamos diciendo al señor: Señor yo quiero acompañarte, yo quiero seguirte, yo quiero levantarme de este problema, de esta situación conflictiva en la que estoy sumido, producto de mi actitud y de mi conducta. Por ello señor te seguiré .Por ello señor, en esta mañana te pido que entres en mi vida para que la fortalezcas día a día y que en cuanta oportunidad pueda caerme, me des esa fuerza para levantarme y antes que nada señor, que me des la fortaleza para no caer ,pero aunque caiga señor, dame la fuerza para levantarme, seguirte y decir a los cuatro vientos: señor Jesús tú eres mi Dios, señor Jesús guía camino. Ánimo, gozo, alegría...





ETIQUETAS: vente, caerse, pararse, pecador, levántate,


N O T A D E L A U T O R
AMIGOS Y AMIGAS, esta oración con comentario incluido, forma parte de una larga lista de ellas y que movido por el Espíritu Santo, ofrendaba al Señor de Lunes a Viernes a las siete de la mañana, en un programa radial de opinión, en el que participaba en compañía de una periodista, en el cual mi persona le dedicaba tres minutos o más (dependiendo de la Producción y/o de Máster) a orar y analizar esa oración aplicándola a la cotidianidad de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestras, alegrías, tristezas, éxitos, fracasos, tragedias, tribulaciones, bonanza, prosperidad, bienestar, etc. Todo con la intención de establecer como verdad aquella según la cual Dios siempre está con nosotros, que todo lo que nos ocurre es para bien, que existe un plan o proyecto de salvación para cada uno de nosotros diseñado por el mismísimo Dios, cuyo cumplimiento, decisión y elección depende de ti. Así que -parafraseando la escritura bíblica- "DIOS NOS HIZO SIN NUESTRO CONSENTIMIENTO, PERO NO NOS SALVARÁ SIN QUE LE OFREZCAMOS ESE CONSENTIMIENTO". ES DECIR, NUESTRO PERMISO Y AUTORIZACIÓN. El Señor es un caballero, y está siempre a las puertas de nuestro corazón, para que le abramos y pueda entrar para guiar nuestra vida y ofrecernos su santidad, gozo, alegría, discernimiento, sabiduría, y sus infinitos dones espirituales y materiales. Esa estación radioeléctrica está situada -todavía está al aire- en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela.