domingo, agosto 23, 2009
LA NOTA CORTA"MIENTRAS EXISTAN EXCUSAS NADIE QUEDA MAL” ***Utilizamos las suposiciones para justificar nuestro fracaso. Megf
LA NOTA CORTA"MIENTRAS EXISTAN EXCUSAS NADIE QUEDA MAL”
***Utilizamos las suposiciones para justificar nuestro fracaso. Megf
POR PROF. DR.MERVY ENRIQUE GONZALEZ FUENMAYOR.
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA .AMÉRICA DEL SUR.
REDACTADO Y PUBLICADO DOMINGO 23 DE AGOSTO DE 2009.
Si se pidiese hacer una completa clasificación de los hermanos, sería tan imposible como él contaje de las arenas del mar o de las estrellas en el cielo. Esta aseveración viene por la circunstancia de una forma de excusa de la cual desprende la justificación de nuestros yerros, fracasos, omisiones, derrotas, erradas decisiones y hasta la comisión de algún hecho violatorio de la moral, las buenas costumbres, la compostura social y en el peor de los casos la materialización de un hecho punible, ilícito o criminal.
Lo que ocurre generalmente, es que cuando incurrimos en alguna tarea fallida, fracasada y sin ningún éxito, entonces perdemos el tiempo en recrear las condiciones de modo tiempo el lugar, en las cuales esa tarea, esa actuación, esa conducta se cumplió. Es obvio que el pasado no puede reconstruirse y que mucho que visualicemos ese pasado, que nos representemos los hechos que constituyen aquella actuación, nada habrá la de ganarse con ello, y por el contrario una avalancha de culpas, de complejos y de responsabilidades calmaran nuestra vida y nuestra alma. No es conveniente regodearse en aquello que no tiene solución y que además ya es un hecho cumplido, que no podemos cambiar aunque lo deseemos miles de veces y de una manera muy intensa. En éstos casos lo mejor es replantearnos el asunto, ver dónde hemos fallado, aplicar los correctivos pertinentes y volver a intentarlo.
Para otros el fracaso, la derrota y los fallidos intentos por lograr lo que se proponen, se convierten en situaciones terribles, difíciles, traumáticas y muy difíciles de superar. Estos seres humanos comienzan justificar sus fallos, sus faltas y su poca productividad y eficiencia, cobijándose en suposiciones, y en las clásicas preguntas: ¿si lo hubiera decidido de otra manera? ¿Si hubiese tenido el suficiente tiempo para hacerlo? ¿Si por lo menos fulano de hubiese ayudado? ¿Si lo hubiese intentado en otro momento, tal vez lo hubiera conseguido? ¿Se hubiese tenido un poquito de suerte tal vez lo hubiera alcanzado? ¿Si me hubiese tocado la suerte de fulano hubiera triunfado? ¿Si me hubiese tocado otro profesor hubiese aprobado la materia? ¿Si el examen me hubiese tocado más fácil, lo confiera aprobando? Y así las interrogantes y suposiciones llegarían al infinito, pues siempre el ser humano hallará alguna excusa para hacer aparecer melodramáticas su caída y su derrota y para justificarla.
Tiempo tuve la oportunidad de leer lo siguiente: mientras el ser humano que ha fracasado siga detallando, pormenorizando, particularizando las condiciones de sus errores, mientras continúe en busca de las hipótesis que le hubiesen permitido salir con éxito en su tarea, estará girando sobre el mismo punto. Mientras tanto no podrá avanzar ni a un centímetro hacia o transformación, hacia el levantamiento de su caída y el inicio hacia nuevos caminos que podrían traerle felicidad alegría, paz y éxito. Nada en la vida es fácil, todo tiene su cuota de sacrificio, lo importante es aprender a sobrellevar los momentos difíciles con esperanza, con fuerza, con voluntad y con fe, Dios no abandona a ninguna de sus criaturas y esto es una verdad que no debemos olvidar. Todos y cada uno de nosotros debe tomar su cruz y seguir el señor. No hay escape. Entonces no debemos seguir pensando en los fracasos como algo meramente negativo. Todo lo que nos sucede es para bien, así lo establece la palabra del señor, por lo tanto las experiencias de derrota, de falta de éxito, de dificultad, de enfermedad, debemos tomarlas como parte de la enseñanza de la vida y de un elemento que coadyuvará a acrisolar nuestra fe y la voluntad, afinando nuestro espíritu, para que cuando se presenten situaciones aún más graves , podamos enfrentarlas con la fuerza , con el amor, con la misericordia, con el discernimiento, con la sabiduría y con la protección de nuestro señor Jesús. Ánimo, gozo, alegría.
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