sábado, agosto 29, 2009
ORACIÓN“JESUCRISTO ENCUÉNTRAME, PORQUE ESTOY PERDIDO”
ORACIÓN“JESUCRISTO ENCUÉNTRAME, PORQUE ESTOY PERDIDO”
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED SÁBADO 29 AGOSTO DE 2009.
O R A C I Ó N
Jesús hijo de Dios, la oscuridad es mi morada, mis culpas y mis pecados impiden que tenga paz. Con tu luz maravillosa encuéntrame, sáname y hazme libre, tal y como hiciste con Zaqueo, en la enseñanza que nos legaste y que hoy recordamos: Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: "Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa." Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: "Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador." Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: "Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo." Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. Amen y amen… (Fragmentos del Evangelio, según San Lucas, capítulo 19)
C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Jesús rey de Reyes y señor de señores, príncipe de la paz, luz que disipa toda tiniebla. A ti clamo y suplico para qué en estos momentos tan difíciles que atraviesa mi existencia, en la que la oscuridad, la tribulación y la tragedia han conformado los límites de mi vida, manteniéndome inquieto, ansioso y lleno de temor, pido y oro, para que me encuentres, para que me líberes de estos espíritus surgidos con ocasión de mis debilidades, de mis culpas, de mis actuaciones equivocadas y de mis ofensas a tu palabra y a a tu divinidad. Soy como Zaqueo, de estatura moral muy baja, los daños que he causado son numerosos y las personas afligidas por ésa causa también son muchas. Pero a pesar de saber que merezco las sanciones y castigos que la ley de Dios manda, tu amor por nosotros señor Jesús, es tan infinito e ilimitado, que así como tu les enseñaste a tus apóstoles, estoy seguro y confiado en tu auxilio, pues tu dijiste: "no he venido en busca de los que están sanos, sino de aquellos que están enfermos". Y yo señor estoy enfermo por causa de mi conducta y de mi desobediencia a tus preceptos. Tu sacrificio en la Cruz, tu perdón para todos, sin acepción de personas, tu triunfo sobre la muerte, sobre el pecado y sobre el maligno, hizo posible que tus hijos tuviesen oportunidad de arrepentirse y retomar el camino de la bondad y de la justicia, de la verdad y de la caridad, de la obediencia y de la sumisión a tu voluntad. En esta oración es preciso recordar el episodio bíblico según el cual concediste a Zaqueo el privilegio de entrar a su casa para hospedarse en ella. Por ello te pido señor Jesús: "no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme". Gracias señor Jesús, porque tu escuchando la voz de Zaqueo procediste a actuar y: "alzando la vista, le dijo: "Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa." Se apresuró a bajar y le recibió con alegría...Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido". Con fe te pido señor Jesús, escuches a este ser arrepentido, me absuelvas de mis pecados, y tomes control absoluto sobre mi vida. Ánimo... aleluya.
ETIQUETAS: dignidad, salvación, oscuridad,
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