domingo, agosto 23, 2009
ORACIÓN” ERES MI ETERNA PROTECCIÓN” *** Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes. Salmo 17
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED DOMINGO 23 AGOSTO DE 2009.
O R A C I Ó N
Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor; presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad. Tú me harás justicia, porque tus ojos ven lo que es recto: si examinas mi corazón y me visitas por las noches, si me pruebas al fuego, no encontrarás malicia en mí. Mi boca no se excedió ante los malos tratos de los hombres; yo obedecí fielmente a tu palabra, y mis pies se mantuvieron firmes en los caminos señalados: ¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas! Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tú oído hacia mí y escucha mis palabras. Amen y amen… (Fragmentos del libro del Salmo 17)
C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA
Nuestro padre Dios nos preserva de las situaciones adversas que a menudo rodean nuestra existencia. Pero nosotros por nuestra propia inestabilidad, por nuestra debilidad y ese irrefrenable deseo de lo prohibido, caemos en acontecimientos que deterioran nuestra fe, nuestra lealtad y fidelidad en Jesús de Nazareth, en su enseñanza y en su extraordinario amor por nosotros. No obstante su protección está y estará siempre a nuestra inmediata disposición. En la oración anterior se expresa esa misma disposición, pero para el hombre justo y para aquel que vive en incuestionable servicio para El. Pero no debe olvidarse que el libro de los salmos forma parte del Viejo Testamento, son himnos y cantos de alabanza del profeta David a Yavé. Con la venida del hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, se concreta el pacto de la nueva alianza y gracias a el, gracias al sacrificio voluntariamente aceptado por Jesús, este pagó con su muerte en la cruz, todos nuestros pecados, y como cumplimiento de la profecía, venció a la muerte, al pecado, a satanás, y nos aseguró la vida eterna. Ello hace necesario ubicar la interpretación de ese salmo en el significado contextual histórico. Hoy los evangelios y la palabra de Jesús, nos enseña que El siempre está a las puertas de nuestro corazón, esperando a que le abramos para guiar nuestra vida, por los caminos de la redención, de la sabiduría, de la verdad, de la justicia, de la prudencia, del amor, del perdón y de la misericordia. Hoy tenemos la oportunidad de arrepentirnos y la posibilidad de que se nos perdone es infinita. Pero no debemos esperar, que nos cansemos de pecar, de actuar deshonestamente, de vivir disipadamente, para acudir al sacramento de la reconciliación con Dios, de la confesión, de la absolución. Se corre el riesgo de morir sin ese perdón y en consecuencia perder nuestra alma inmortal. Es por ello que nuestro deber y nuestro deseo es vivir en sintonía con Dios, pues su segunda venida ocurrirá como el ladrón, que viniendo de noche, nadie lo espera. Animo, gozo, alegría…
ETIQUETAS: INVOCACIÓN ,DEMANDAR. RECLAMAR,
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