domingo, septiembre 20, 2009

ORACIÓN “LA GLORIA ES DEL SEÑOR”



ORACIÓN “LA GLORIA ES DEL SEÑOR”


POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED DOMINGO 20 SEPTIEMBRE DE 2009.

O R A C I Ó N

¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Glorificado sea el Dios de mi salvación, Tú me liberas de mis enemigos, me haces triunfar de mis agresores y me libras del hombre violento. Por eso te alabaré entre las naciones y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre. Amen y amen… (Fragmentos del Salmo 18)

C O M E N T A R I O

(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)

Encontramos gran paz interior cuando conversamos con Dios. Todo nuestro espíritu tremula de emociones ignotas. El Creador del Universo por pura misericordia suya, nos permite entablar esta interrelación entre Padre e Hijo. Como criaturas hechas a su imagen y semejanza, nuestro Padre Dios, permite que nuestra fe sea probada y demostrada a través de la ocurrencia de hechos, situaciones y momentos difíciles, desagradables y algunas veces trágicos para nosotros y nuestra familia. No vinimos a esta vida --- como les gustaría a muchos --- a disfrutar, gozar y regodearnos en una felicidad plena e ininterrumpida ---sin que antes se hubiese elaborado un proyecto de salvación para cada uno de las criaturas humanas, elaborado por Dios mismo. El hombre prudente vive aferrado a los designios de Dios, al cumplimiento de vida cristiana. Se apartará del mal, del pecado, de las tentaciones carnales y mundanas. No blasfemará, ni ofenderá a Dios. En la tribulación, en las dificultades, pondrá toda su esperanza, su confianza, su fe, en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Invocará la intercesión de nuestra Virgen Madre María, madre de Dios y madre nuestra. El Señor derrotará cualquier adversidad, problema o inconveniente que nos presente el destino, el mundo o la sociedad. Cada palabra nuestra, cada hecho que consumemos, genera inmediatamente el desbordamiento de fuerzas y de energías que posibilitan una serie de consecuencias positivas o negativas. Nuestra actitud y voluntad son responsables de estas. Pero el amor, el poder, la misericordia y el amor de Dios por nosotros, harán que esas consecuencias se minimicen o se extingan. Para que esto suceda, debemos dar gloria al Señor, sometiéndonos a su voluntad y suplicándole que cada pensamiento nuestro, idea, palabra u obra, que realicemos sea conforme a sus mandamientos y enseñanzas. Animo, gozo, alegría...


ETIQUETAS: proyecto de salvación, ideas, palabras,


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