domingo, julio 19, 2009
ORACIÓN“MI FUENTE DE CONSUELO”
ORACIÓN“MI FUENTE DE CONSUELO”
POR PROF. DR. MERVY ENRIQUE GONZÁLEZ FUENMAYOR
MARACAIBO.ESTADO ZULIA.REPÚBLICA DE VENEZUELA.AMÉRICA DEL SUR
REDACTADA Y PUBLICADA EN LA RED DOMINGO 19 JULIO DE 2009.
O R A C I Ó N
Acuérdate de la palabra que me diste, con la que alentaste mi esperanza. Lo que me consuela en la aflicción es que tu palabra me da la vida. Los orgullosos se burlan de mí como quieren, pero yo no me desvío de tu ley. Me acuerdo, Señor, de tus antiguos juicios, y eso me sirve de consuelo. Me lleno de indignación ante los pecadores, ante los que abandonan tu ley. Tus preceptos son para mí como canciones, mientras vivo en el destierro. Por la noche, Señor, me acuerdo de tu Nombre, y quiero cumplir tu ley. Esto me ha sucedido porque he observado tus mandamientos. Amen y amen (fragmentos del salmo 119)
C O M E N T A R I O
(APLICACIÓN A NUESTRA VIDA)
Cuando me sitúo delante de ti, indescifrables emociones llenan todo mi ser. En esta plegaria señor, he puesto de manifiesto mi incondicional creencia en ti, he pronunciado con mi boca y con mi corazón la fe que guardo en ti, el profundo respeto a tus mandamientos y mi inquebrantable voluntad de seguirte y caminar tus caminos. Hoy cuando me encuentro alejado de los míos, de mis familiares, de las personas que me tienen afecto, cuando casi vivo en el destierro, es entonces cuanto más me aferro a tu palabra y a tu promesa de protección a quienes te sirven, te aman, te adoran y procuran mantenerse en absoluta fidelidad con tu enseñanza. Reconozco señor que soy un pecador y que no soy digno de que entres en mi casa para sanarme. Pero también señor, reconozco tu misericordia y tu disposición para dar consuelo a quien lo necesita. Hoy me encuentro en esa situación .La desesperanza y el desconsuelo han tocado mi puerta. Mis adversarios han proferido en mí contra juicios temerarios y falsos y con orgullo pretenden destruir mí buen nombre y mi patrimonio moral. Realizan conciliábulos para dañarme y destruirme. Pero seguro estoy señor, que tú poder, tu justicia y tu misericordia estarán siempre por encima de toda fuerza, espíritu negativo o maligno, que pretenda hacer caer a alguna de tus criaturas. Por ello señor confío en ti y con certeza mi boca proclama tu victoria sobre el mal. Tú me regalaste tus enseñanzas y tu palabra, ellas serán la armadura, la vestimenta férrea que impedirá que me aleje de ti. Salva señor mi vida pero sobre todo salva mi alma. Ánimo, gozo, alegría...
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